Glaser y Strauss Parte 1
GLASER Y STRAUSS. 1967. VERSIÓN EN ESPAÑOL. DE USO EXCLUSIVO DEL SEMINARIO DE METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN LINGÜÍSTICA
I
EL DESCUBRIMIENTO DE UNA TEORÍA BÁSICA (FUNDAMENTADA)
La mayor parte del material sobre metodología sociológica ha tratado las maneras en las que se pueden obtener hechos precisos y por ende cómo se puede analizar una teoría más rigurosamente. En esta obra emprenderemos la importante tarea de cómo poder fomentar el descubrimiento de una teoría a partir de datos – obtenidos de manera sistemática y analizados durante la investigación sociológica. Creemos que el descubrimiento de una teoría a partir de datos - lo que llamamos teoría fundamentada – es una de las tareas más importantes con la que se topa la sociología de hoy, puesto que, como trataremos de demostrar, dicha teoría se adapta a situaciones empíricas y es comprensible para los sociólogos y la población en general. Y lo que es más importante, funciona – nos proporciona pronósticos, explicaciones, interpretaciones y aplicaciones relevantes.
Existen muy pocas teorías con estas características, como pronto lo descubren los investigadores. Y por esto proponemos este libro, que consideramos como la primera empresa para el desarrollo de métodos perfeccionados para el descubrimiento de una teoría fundamentada. Ya que esto es sólo el comienzo, a menudo formularemos puntos de vista, a los que se opondrán otros, y ejemplos, en vez de ofrecer definiciones y procedimientos bien delineados, puesto que en muchos casos consideramos que nuestro escaso conocimiento hace que cualquier formulación sea prematura. Una estrategia muy importante en la que haremos hincapié para promover el descubrimiento de una teoría fundamentada es el método general de análisis comparado.
Obras anteriores sobre los métodos de investigación social le han dado mayor importancia a las maneras de verificar las teorías. En la sociología actual esto sugiere un énfasis exagerado sobre la verificación de teorías y una resultante pérdida de interés en el paso principal para descubrir qué conceptos e hipótesis son relevantes para el área que uno desea investigar. Por supuesto, el análisis de la teoría es también una de las tareas básicas con las que se topa la sociología. Todos estaríamos de acuerdo cuando afirmamos que en la investigación social, la producción de teorías va de la mano de la verificación de las mismas; pero muchos sociólogos se han desviado de este axioma en su afán por verificar tanto una teoría existente o una teoría que recién se ha comenzado a gestar.
Obviamente, no es necesario un conflicto entre la verificación y la generación de teorías durante el transcurso de una investigación. No obstante, para muchos sociólogos existe indudablemente un conflicto respecto a la primacía de propósito, que refleja la oposición entre un deseo de generar teorías y una experimentada necesidad de verificarlas. Y puesto que en el contexto sociológico actual se le da mayor prioridad a la verificación, el deseo de generar teorías a menudo se vuelve secundario, si es que no se pierde completamente, en investigaciones específicas.
Nuestra obra – en especial cuando discutimos el énfasis actual sobre la verificación – indicará muchas de las facetas y formas que toma la resolución de este conflicto entre los sociólogos, pero esta discusión no se debe interpretar como algo que indique que nosotros aprobamos la existencia de tal conflicto. Más bien, creemos que se crea un conflicto cuando los sociólogos no eligen clara y conscientemente lo que van a enfatizar relativamente durante una investigación, debido a una inclinación demasiado grande a la verificación, considerada como la norma principal para una investigación excelente.
La teoría fundamentada
El tema fundamental de nuestra obra es el descubrimiento de una teoría a partir de datos obtenidos sistemáticamente de una investigación social. Cada capítulo trata sobre nuestra formulación principal de los procesos de investigación para generar teorías. Nuestra posición fundamental sostiene que la producción de teorías básicas es una manera de llegar a una teoría que sea adecuada para sus supuestos usos. Compararemos esta posición con la teoría que se genera por medio de deducciones lógicas a partir de suposiciones a priori, (en el Capítulo II hablaremos sobre lo que queremos decir con el término teoría y lo vamos a comparar con otras concepciones de dicho término).
En sociología, las tareas relacionadas con la teoría son: 1) posibilitar el pronóstico y la explicación de una conducta; 2) ser de utilidad para el desarrollo teórico en sociología; 3) poder ser utilizada en aplicaciones prácticas – el pronóstico y la explicación deben ser capaces de proporcionarle al profesional un entendimiento y algo de control sobre las situaciones; 4) proporcionar una perspectiva sobre la conducta – una postura que se debe tomar con respecto a los datos y 5) guiar y proporcionar un método para la investigación en áreas particulares de la conducta. De este modo, la teoría en sociología es una estrategia para el tratamiento de los datos en una investigación, suministrando modelos de conceptualización para la descripción y explicación. La teoría debe suministrar categorías e hipótesis lo suficientemente claras como para que las más cruciales puedan ser verificadas en investigaciones presentes o futuras; deben ser lo suficientemente sencillas como para que puedan ser utilizadas fácilmente en estudios cuantitativos cuando éstos sean adecuados. La teoría también debe ser fácilmente comprensible para sociólogos pertenecientes a cualquier corriente, para estudiantes y para personas del público general. La teoría que cumple con estos requisitos debe adaptarse a la situación a la que se quiere llegar y funcionar cuando se la utiliza. Cuando utilizamos la palabra "adaptarse" queremos decir que las categorías deben ser fácilmente (y no forzosamente) aplicables a los datos que se estén estudiando e indicadas por estos; con "funcionar" queremos decir que deben ser significativamente relevantes para la clase de conducta que se esté estudiando y deben ser capaces de explicar la misma.
Para generar la teoría que se sujete a este orden, sugerimos como el mejor enfoque un descubrimiento inicial sistemático de la teoría a partir de datos de investigación social. Después uno puede estar relativamente seguro de que la teoría se adaptará y funcionará. Y puesto que las categorías se descubren por medio del examen de datos, las personas involucradas en el área a la que se aplica la teoría comúnmente van a entenderla, mientras que los sociólogos que trabajen en otras áreas van a reconocer una teoría comprensible relacionada con los datos de un área determinada. La teoría basada en datos no puede ser normalmente refutada por completo por más datos o por otra teoría. Y ya que está tan íntimamente asociada a los datos, perdurará a pesar de su inevitable modificación y reformulación. Los ejemplos más impresionantes son la teoría de la burocracia de Weber y la teoría del suicidio de Durkheim. Estas teorías han perdurado por décadas, sirviendo de estímulo para una variedad de investigaciones y estudios, incitando constantemente a estudiantes y profesores a tratar de modificarlas por medio de inteligentes formas de verificación y reformulación. Por otra parte, teorías deducidas lógicamente y que se basan en suposiciones sin fundamentar, como unas muy conocidas que versan sobre el "sistema social" y sobre la "acción social", pueden hacer que sus seguidores se pierdan al tratar de lograr desarrollos en sociología. Sin embargo, las teorías fundamentadas – las que implican el arduo estudio de cantidades de datos – se merecen todo nuestro tiempo y concentración en nuestras investigaciones, estudios y enseñanza.
La teoría fundamentada puede ayudar a impedir el uso oportunista de las teorías que poseen una adaptación y una capacidad de funcionamiento dudosas. Muy a menudo leemos en los periódicos un estudio altamente empírico que trae como conclusión una explicación agregada extraída de una teoría deducida lógicamente. El autor trata de darle a sus datos un significado sociológico más general, como también explicar o interpretar lo que encontró. Utiliza esta estrategia porque no fue preparado para generar una teoría a partir de los datos que reporta, entonces esto ayudará a explicar o interpretar los datos de una manera general. Podemos decir que también hace esto porque fue preparado sólo para investigar y verificar sus datos y no para investigar y preparar su explicación. Esta explicación se agrega después. Por ejemplo, muchos ensayos que tratan sobre la corrupción concluyen con una interpretación basada en la teoría de Merton sobre la destrucción de las estructuras de la sociedad, un ejemplo clásico del uso de la teoría deducida lógicamente. Por supuesto que un autor podría pedir prestada, por su propia relevancia, la teoría fundamentada de otro sociólogo, pero – puesto que este tipo de teorías encaja y funciona – se consideraría inmediatamente si es aplicable y relevante en esta nueva situación. No se la puede relacionar tenuemente, al omitir otras explicaciones posibles, como muy a menudo lo es una explicación agregada.
Otro uso oportunista de la teoría que no puede ocurrir con la teoría fundamentada es lo que podríamos denominar "ejemplificación". Un investigador puede fácilmente encontrar ejemplos para teorías utópicas, especulativas o deducidas lógicamente después de que se le haya ocurrido la idea a otra persona. Pero ya que la idea no se puede derivar de los ejemplos, rara vez el ejemplo puede corregirla o modificarla (por más que el autor así lo deseara), debido a que se eligió el ejemplo muy selectivamente por su poder de confirmación. Por tanto, uno recibe la imagen de una prueba cuando en realidad no hay ninguna y la teoría obtiene una riqueza en detalles que no corresponde.
Existe también un punto medio entre la teorización fundamentada y la lógico-deductiva, en la que el sociólogo escoge ejemplos sistemáticamente y luego los deja reaccionar para lograr un control teórico sobre sus formulaciones: pero siempre es difícil deducir cuándo esto sucede, aún cuando se nos dice claramente. Creemos que la mayor parte de la obra de C. Wright Mill se ejemplifica con poco control teórico, aunque él mantuviera que los datos corregían su teoría. Sin embargo, la teoría fundamentada se deriva de los datos y luego es ilustrada por ejemplos que caracterizan los datos_. Al comparar la teoría fundamentada con la lógico-deductiva y al discutir y establecer sus méritos relativos para adaptarse y funcionar (pronosticar, explicar y ser relevante), hemos adoptado la posición de que la aptitud de una teoría para la sociología no puede estar separada en la actualidad del proceso por medio del cual ésta se genera. De esta manera, un canon para juzgar la utilidad de una teoría es cómo fue generada – y sugerimos que es probable que sea una teoría mejor hasta el grado en que sea desarrollada inductivamente a partir de investigaciones sociales. También creemos que otros cánones para evaluar una teoría, tales como la consistencia lógica, claridad, parsimonia, densidad, campo de acción, integración, como así también su capacidad para adaptarse y funcionar, también dependen significativamente de cómo se generó la teoría. No son completamente independientes de los procesos de producción de teorías, como mantendrían algunos teóricos pertenecientes a una corriente lógico-deductiva. Esta noción de independencia a menudo termina siendo considerada como un permiso para generar una teoría a partir de cualquier fuente – ocurrencias, fantasías, utopías, sentido común o conjeturas – y luego hacerla pasar como resultado de una deducción lógica.
Es probable que aquí necesitemos explicar más explícitamente lo que discutiremos más adelante. Generar una teoría a partir de datos significa que la mayoría de las hipótesis y conceptos no sólo provienen de los datos, sino que son sistemáticamente elaborados con relación a los datos durante el curso de la investigación. La producción de una teoría implica un proceso
de investigación. En cambio, la fuente de ciertas ideas o hasta los "modelos", pueden provenir de otras fuentes que no sean los mismos datos. Las biografías de científicos están repletas de anécdotas sobre fogonazos ocasionales de perspicacia, de ideas seminales, generadas a partir de datos externos. Pero la producción de una teoría a partir de tales discernimientos tiene que después ser puesta en relación con los datos o existirá, de no ser así, el peligro de que la teoría y el mundo empírico no coincidan. Discutiremos más detenidamente este asunto más adelante, en particular en el capítulo XI sobre "La perspicacia, el desarrollo de teorías y la realidad".
Para muchos colegas, nuestra posición será en el mejor de los casos una hipótesis a ser corroborada en los años venideros; mientras que para muchos otros es un hecho ya probado, e inclusive para otros un artículo de fe. Como sea que nuestros colegas respondan, nuestra posición no es lógica; es fenomenológica. No podríamos recomendar un proceso para generar una teoría si no creyéramos que las personas que lo utilicen podrán obtener resultados que pudieran ser considerados exitosos potencialmente. Lo que es más, creemos que la teoría fundamentada va a tener más éxito que las teorías deducidas lógicamente a partir de suposiciones a priori. Nuestra hipótesis, nos apuraremos a agregar, no implica del todo que la generación de una teoría nueva deba estar precedida de un aislamiento de toda teoría fundamentada existente, (discutiremos esto en el Capítulo II).
Los propósitos de esta obra
Esta obra tiene como propósito recalcar la actividad social fundamental que sólo los sociólogos pueden llevar a cabo: generar una teoría social. La descripción, la etnografía, la investigación, la verificación (o llámenlas como quieran) son todas realizadas con satisfacción por profesionales de otros campos y por personas pertenecientes a las varias agencias de investigación. Sin embargo, estas personas no saben cómo producir una teoría a partir de su trabajo de investigación. Sólo los sociólogos fueron preparados para desearlo, buscarlo y generarlo.
Además de recordarles a nuestros colegas sobre una tarea algo desatendida, también tratamos en esta obra de fortalecer el mandato para generar teorías, proporcionar una protección en contra de los enfoques doctrinarios de la verificación y reanimar y ampliar el marco de lo que los sociólogos pueden hacer con su tiempo y esfuerzo. También puede ser útil para ayudar a los estudiantes a defenderse de las personas volcadas a la verificación que de otra manera les enseñarán a negar la validez de su propia inteligencia científica. Al hacer de la producción de teorías una empresa legítima y al sugerir métodos para llevarla a cabo, esperamos proporcionar los componentes de una defensa en contra de los preceptos profesionales internalizados que incitan a que los sociólogos investiguen y redacten sus resultados según la retórica de la verificación y en contra de las protestas de colegas que se oponen a la libertad de investigación en relación con las rigurosas leyes de verificación (tan sofocantes para el tesón que se requiere para el descubrimiento de una teoría).
Al tratar de animar a todos los sociólogos para que descubran una teoría fundamentada – yendo de los que se encuentran recién en las etapas de disertación de sus carreras hasta los que ya son profesores "retirados" – esperamos contribuir con una compensación de esfuerzos para la generación de teorías que en la actualidad, a menudo, se limitan a las primeras etapas de una carrera en sociología. Por ejemplo, Hammon, al presentarnos unas de las mejores investigaciones sociológicas (las que poseen el más alto resultado teórico), escogió, principalmente, crónicas de disertaciones o estudios que se realizaron ni bien se había finalizado con las disertaciones Los sociólogos experimentados pueden también realizar estudios similares y con un propósito más dinámico (menos enredado y más claro) y con resultados teóricos más sofisticados. En realidad, se puede ver con claridad en las obras de Goffman, Lipset y Wilbert Moore que el crecimiento de un teórico está unido a la creciente sofisticación de su producción. Sin embargo, muchos sociólogos, cuando ya logran su experiencia, pasan por alto cualquier tipo de potencial novato para la producción de teorías que habían demostrado en sus primeros tratados y disertaciones. Finalizan o disminuyen en gran parte la investigación y la composición de tratados y escogen en su lugar la erudición y la maestría de las obras de otros autores, en particular las teorías de los "grandes hombres" anteriores. Un respetado experto, en virtud de su posición y distinción, fomentó esta tendencia, diciendo, en realidad, en una reciente asamblea de sociólogos, que a él le gustaría ver que los sociólogos experimentados dejasen de escribir tratados y que empezasen a preocuparse por instruir a la nueva generación de estudiantes. ¡Nosotros los incitamos a que sigan escribiendo tratados y a que traten de generar teorías!.
A lo largo de toda esta obra solicitamos más teorías, pero no cualquier tipo de teorías. El método general comparado para generar una teoría fundamentada que se tratará en la Parte I proporciona los criterios para estimar el valor de toda teoría, como así también de toda teoría fundamentada. Este tema predomina en toda la obra. Nuestro propósito es suministrarles a todos nuestros colegas un medio efectivo para evaluar el valor de cualquier teoría que pueda llegar a enseñar, aplicar o utilizar en investigaciones, descripciones, explicaciones, pronósticos, interpretaciones y exámenes.
¿Y qué hay de este libro para los sociólogos que ya están profundamente involucrados en la producción de teorías?. Muchos de ellos pueden utilizar esta obra para que efectivamente les ayude a sistematizar sus teorizaciones; ya que hasta que no apliquen un mejor método, sus teorías tenderán a ser poco convincentes e integradas y a tener objetivos no muy claros (véase el Capítulo VI). Nuestras propuestas para tal sistematización no tienen por qué detener la creatividad de ningún colega para la producción de teorías; contrariamente a las maneras de verificación, tenderán a fomentarla. Nuestras estrategias no insisten en que el analista entre en un alto nivel de precisión ni de explicaciones exageradas para tratar de restringir la aceptación de la teoría al "narcotizar la imaginación del lector y al hacerlo caer en una sumisión intelectual". Nuestras propuestas para la sistematización de la presentación de la teoría permiten, inclusive demandan, lugar para incluir las propuestas y la riqueza de información que nos lleva a ellas. Nuestro principal objetivo es servir de estímulo para que otros teóricos codifiquen y publiquen sus propios métodos para la producción de teorías. Confiamos en que se nos unan al comunicarle a los demás, que todavía no han intentado generar una teoría, que no se trata de un quehacer residual en esta era de la verificación. Aunque sea difícil, es una aventura fascinante.
En nuestro intento por discutir sobre los métodos y los procesos para descubrir teorías fundamentadas, trataremos, por lo general, de que la discusión sea imparcial, para fomentar,, en lugar de paralizar, la reflexión sobre el tema. Nuestras propuestas están deliberadamente entremezcladas con polémicas ocasionales abiertas – siempre, esperamos, a propósito – y no para detener el flujo de sugerencias de procedimientos o la lógica que yace detrás de éstos. Nos hemos basado bastante en nuestro propio trabajo al utilizar ejemplos provenientes de investigaciones – y por una muy buena razón. Conocemos las obras de otros autores como un producto publicado; nosotros conocemos la nuestra como una obra en progreso – y, por supuesto, descubrir la teoría como un proceso es el tema central de este libro.
En la primera sección – Análisis comparado – presentaremos una estrategia por medio de la cual los sociólogos pueden facilitar el descubrimiento de una teoría fundamentada, tanto substantiva como formal. Esta estrategia comprende la elección sistemática y el estudio de varios grupos de comparación. En el Capítulo II, trataremos el uso de nuestro análisis comparado. En el Capítulo III, discutiremos sobre la extracción teórica de muestras – el proceso de recolección de datos para el análisis comparado diseñado para generar una teoría substancial o formal. En el Capítulo IV, empezaremos con la transición de una teoría substantiva a una formal. Y en el Capítulo V, ofreceremos nuestro propio método para el análisis comparado de datos cualitativos. En el capítulo VI, aclararemos y determinaremos un número de estudios previos comparados desde el punto de vista de varias cuestiones importantes.
En la segunda parte de esta obra – El uso flexible de datos – consideraremos detalladamente la producción de una teoría a partir de datos cualitativos (en especial documentales) y cuantitativos (en los Capítulos VII y VIII respectivamente).
En la tercera parte de este obra – Las implicaciones de la teoría fundamentada – consideraremos la credibilidad de la teoría fundamentada (en el Capítulo IX) y sus implicaciones prácticas (Capítulo X). Finalmente, en el Capítulo XI, trataremos el discernimiento, el desarrollo de teorías y la realidad. Finalizamos con un epílogo que resume nuestra posición sobre las relaciones de la teoría con respecto a la investigación.
Antes de proseguir, discutiremos sobre el énfasis contemporáneo sobre la verificación, el estilo influyente de la teorización lógico-deductiva, que lleva a la verificación, y la distinción que, a menudo, se hace entre datos cualitativos y cuantitativos – una distinción que no es de utilidad para la generación de una teoría.
La verificación y la teoría "prominente"
La verificación de teorías es el principio fundamental de la sociología actual. Unas tres décadas atrás, se consideraba que contábamos con una gran cantidad de teorías pero con escasas corroboraciones de las mismas – una posición que se tornó bastante aceptable debido a la tremenda sofisticación de los métodos cuantitativos. Al afianzarse este cambio de énfasis, disminuyó el descubrimiento de nuevas teorías y, en algunas universidades, se lo abandonó casi por completo. Y los que todavía deseaban producir teorías tenían que tolerar las actitudes negativas y a veces casi punitivas, de sus colegas y profesores. La suposición por parte de muchos sociólogos que nuestros "prestigiosos" antepasados (como Weber, Durkheim, Simmel, Marx, Veblen, Cooley, Mead, Park, etc.) ya habían generado una cantidad suficiente de teorías prominentes sobre muchas áreas de la vida social, que durarían bastante tiempo, era parte de esta tendencia que favorecía la verificación. Aunque nosotros, su descendencia sociológica, nunca podamos superar estos talentos, sí sabemos cómo modificar y reformular estas teorías con nuestras nuevas capacidades en verificación – y esa fue la próxima tarea de la sociología. Como resultado, muchos de nuestros profesores convirtieron los departamentos de sociología en meros depósitos de teorías de "hombres prominentes" y enseñaron estas teorías con una finalidad carismática que rara vez los estudiantes podían resistir. En la actualidad, los estudiantes son preparados para dominar las teorías de estos grandes autores y para verificarlas de maneras no muy significativas, pero rara vez para cuestionar la teoría como un todo según su posición o cómo fue gestada. Como resultado muchos estudiantes con un potencial elevado de creatividad se limitaron a resolver pequeños problemas que se les habían legado encerrados en grandes teorías. Pocos hombres (como Parsons y Merton) han entrevisto lo suficiente esta concepción carismática de grandes hombres como para generar teorías "prominentes" propias. Pero aún así, estos pocos autores no contaron con los medios para generar una teoría a partir de datos o, en todo caso, no publicaron sus métodos. Se hicieron pasar por "capitalistas" ante la masa de verificadores "del proletariado", al preparar a jóvenes sociólogos para verificar la obra de sus profesores pero no para imitarla. Frente a esta actitud generalizadora, mantenemos, sin embargo, que estos grandes autores no proporcionaron las teorías suficientes para cubrir todas las áreas de la vida social que los sociólogos recién habían comenzado a explorar. Además, algunas de las teorías de nuestros predecesores no se adecuan o no funcionan o no son lo suficientemente accesibles para ser utilizadas y, en consecuencia, son inútiles para la investigación, el desarrollo teórico y las aplicaciones prácticas, todo esto debido a la falta de fundamentación de datos. Por otra parte, es verdad que estos grandes teóricos nos facilitaron medios y pautas para la producción de teorías, de tal manera que muchos de nosotros podemos seguir sus pasos gracias a los últimos avances en la recopilación de datos, la sistematización conceptual y los procesos analíticos: podemos generar a partir de la investigación social teorías para áreas nuevas, como así también teorías mejores para las áreas en las que las teorías anteriores no eran satisfactorias. También mantenemos que no hace falta un "genio" para generar una teoría fundamentada que sea de utilidad. Pero sí es necesaria una codificación de los métodos que la desarrollan, como así también de un reconocimiento de su legitimidad para la instrucción de estudiantes y carreras académicas. Nuestra obra proporciona algo de ambas. Como bien se sabe, en el mundo de la ciencia los premios más importantes siempre van destinados a las personas que desarrollaron una novedosa teoría importante (la sociología se asemeja a la física en este respecto). De esta manera, las razones históricas explican la paradoja de que cada vez menos sociólogos intentan generar y publicar teorías y de esta manera obtener premios importantes. Deseamos mitigar esta situación alentando a sociólogos capaces para que generen más y mejores teorías con el método comparado que tratamos en esta obra y, a su vez, para que comiencen a desarrollar métodos propios que todos podamos utilizar.
¿Verificación o generación?
La acotación que aparece a continuación es un ejemplo de la clase de circunstancia histórica que puso a la generación de teorías fundamentadas en el segundo lugar, e hizo de la verificación la orientación principal en casi todas las obras sociológicas.
Durante 1938, al Consejo de Investigación en Ciencias Sociales se le ocurrió la idea de someter a una evaluación crítica una serie de importantes aportaciones al mundo de las ciencias sociales. En sociología, se le encomendó a Blumer la tarea de evaluar el impresionante tratado de Thomas y Znaniecki, The Polish Peasant in Poland and America_ ("El campesino polaco en Polonia y en los Estados Unidos"). Un año más tarde, la crítica de Blumer fue publicada por el Consejo_. Este ejemplar incluía comentarios realizados por Thomas y Znaniecki sobre los análisis de Blumer y también una copia de los procedimientos de una conferencia que trataba el análisis (esta conferencia contaba con la presencia de Murdock, Wirth, Bain, Willey y Waller).
Blumer notó que Thomas y Znaniecki estaban muy interesados en cuestiones metodológicas y que habían adoptado una postura contraria a la mayoría de los tipos de conocimiento que en ese entonces se favorecían. Éstos últimos incluían "generalizaciones de sentido común", "un empirismo desprovisto de un método", "meros enunciados sobre uniformidades de conducta social en respuesta a influencias sociales", "enunciados sobre influencias causales que son verídicos 'por término medio', o 'en la mayoría de los casos'" y una ilusoria simplificación exagerada en la cual "el resultado resuelve lo que con elementos más sencillos se debería tomar como una relación fundamental". En cambio, el tratado tenía como propósito fomentar una teoría sociológica general y proporcionar una interpretación bastante detallada de la sociedad campesina polaca en Europa y en los Estados Unidos.
La crítica principal de Blumer sobre "El campesino polaco" se dirigía a lo que él consideraba era un defecto metodológico importante – uno que necesitaba ser tratado como una cuestión fundamental para la investigación sociológica y no pertinente meramente para el tratado en sí-. Los autores sostenían que sus análisis se basaban principalmente en numerosos "documentos humanos": cartas, registros de agencias, reseñas personales, documentos de tribunales. En principio, Blumer advirtió que no todos los conceptos teóricos – tal vez ni siquiera los principales – que Thomas y Znaniecki utilizaron se basaban en estos documentos. En realidad, "los principios generales más importantes se pueden inferir de los escritos previos de Thomas," y hasta "sus interpretaciones particulares de la vida del campesinado polaco no se formaron solamente a partir de los materiales que presentan; debemos suponer que la familiaridad con la vida campesina polaca que posibilitó estas interpretaciones fue realizada de diversas maneras."
Pero ésta sólo fue una crítica de menor importancia. Blumer estaba principalmente interesado en esto: "la pregunta más importante es si los materiales analizan adecuadamente las generalizaciones que se aplican a estos materiales (sin que importe su fuente)...". Pero "la respuesta no es muy convincente." Según él, algunas interpretaciones parecían ser comprobadas por los materiales, mientras que otras no. Lo que era peor, por lo general uno no podía mantener que "la interpretación era verdadera o no, aún si esto era claramente posible," (páginas 74-75). Blumer estaba de acuerdo en que estas posibles interpretaciones hacían que los materiales fuesen más importantes y "facilitaran la interpretación teórica". Sin embargo, permaneció la incompresible cuestión de la posible interpretación versus la verificación genuina.
Por tanto, Blumer concluyó, en primer lugar, que los materiales no eran una verificación decisiva de las interpretaciones teóricas, aunque hicieron más que simplemente ilustrarlas; en segundo lugar, que un examen de "una teoría debe desarrollarse de otras maneras, como, por ejemplo, según su coherencia interna, su relación con otras teorías, según su coherencia con lo que parece ser 'humano' o según otros tipos de datos aparte de los que los documentos humanos suministran" y, en tercer lugar, que el uso que los autores hacen de los documentos humanos aparentemente implica que su función esencial "sería... la de suministrarle a una mente despierta y perceptible corazonadas, discernimientos, preguntas adecuadas para la reflexión, nuevas perspectivas y nuevas interpretaciones" (páginas 75-76). Resumiendo, los datos eran útiles para la teorización pero no eran adecuados para la verificación.
Blumer redactó su crítica en un período en el que Stoutler, Chapin, Lazarsfeld, Guttman y otros defensores de mejores medidas (cuantitativas) para el control de teorías comenzaban a ejercer una creciente influencia en la sociología. Entonces, el énfasis de la crítica de Blumer sobre la verificación coincidía con la tendencia de la época. No obstante, la enorme influencia durante dos décadas de "El campesino polaco" no se debió tanto a sus descubrimientos verificables sino a su teoría fomentadora. Retrospectivamente, cabe preguntarse qué hubiera sucedido si Blumer se hubiese concentrado más en la generación y menos en el problema de la verificación. Por supuesto, sí se acercó a enfatizar la primera, puesto que planteó el problema de cómo producir teorías de datos y no de un sillón. Pero, como podemos observar, Blumer enfocó su análisis hacia el examen de la verificación y no hacia el problema de cómo generar teorías fundamentadas. Dejó este último problema prácticamente sin resolver, al asumir aparentemente que a lo sumo lo que uno puede decir es que una buena teoría se produce gracias a una combinación afortunada – una mente despierta, una gran experiencia y datos estimulantes.
La respuesta de Znaniecki a la crítica de Blumer sobre el problema de la verificación es también bastante ilustrativa. Mantenía que los materiales de su tratado no proporcionaban a menudo una buena verificación de las formulaciones teóricas, pero atribuyó esto a "la insuficiencia de un marco conceptual general con el que abordamos nuestros datos". Al utilizar "marco" Znaniecki hacía referencia a la "excesiva simplicidad de las combinaciones conceptuales 'actitud-valor'" – la concepción teórica principal según la cual se organizaba el tratado. Znaniecki iba a sustituir una concepción más sofisticada que involucraba "el sistema" y "el diseño" (que consideraba había estado implícito en el tratado) lo que le iba a demandar una mayor cantidad de datos cualitativos de diversas clases. Todavía consideraba la producción de teorías en gran parte desde una conceptualización preexistente; todavía no enfatizaba los métodos para generar teorías fundamentadas.
Datos cualitativos versus datos cuantitativos
Ligado históricamente al cambio de énfasis relativo de la generación a la verificación de teorías estaba el conflicto entre los datos cuantitativos y los datos cualitativos. En la década de 1930, los productores de teorías habían utilizado, en conjunto, datos cualitativos de maneras no sistemáticas y no rigurosas (si alguna vez los utilizaban), junto a su propia lógica y sentido común. Además, los tratados basados en datos cualitativos consistían de largas y detalladas descripciones que daban como resultado pequeñas cantidades de teoría, si en realidad así lo hacían. En estos tratados se trataba de "entender bien algo". Resumiendo, la obra que se basaba en datos cualitativos o no, era lo suficientemente teórica o las teorías eran demasiado "impresionistas".
Mientras tanto, comenzando a finales de la década de 1930 y en especial luego de la Segunda Guerra Mundial, los investigadores cuantitativos progresaron a grandes pasos al producir evidencia exacta y al trasladar conceptos teóricos a las operaciones de investigación. Esto dio como resultado la habilidad para comenzar el desafío de verificar teorías rigurosamente.
De esta manera, los avances en los métodos cuantitativos dieron lugar al fervor de la verificación de teorías no confirmadas con los "hechos". Hombres como Stouffer y Lazarsfeld trasladaron la investigación cualitativa a un trabajo preliminar, de exploración y de apertura de caminos para el comienzo de estudios, debido a su exposición pobre al producir hechos científicamente reproductibles y a su sensibilidad al recoger datos cotidianos a cerca de estructuras y sistemas sociales. El estudio cualitativo le iba a proporcionar a la investigación cuantitativa unas pocas categorías substanciales e hipótesis. Luego, por supuesto, tomaría el control el estudio cuantitativo, exploraría más a fondo, descubriría nuevos hechos y verificaría la teoría actual.
La firmeza de esta posición, que pronto recorrería todos los Estados Unidos, se basaba en los cánones sistemáticos que emergían y en las reglas de evidencia del análisis cuantitativo: en cuestiones como la extracción de muestras, la codificación, la validez de la fiabilidad, indicadores, distribuciones de frecuencia, formulación de conceptos, construcción de hipótesis, y la presentación parsimoniosa de la evidencia. Los métodos de los investigadores cualitativos sobre estas cuestiones no se habían desarrollado hasta el punto en el que ofrecían una seguridad de su habilidad para reunir la evidencia precisa y para verificar las hipótesis. En realidad, los únicos métodos cualitativos que se desarrollaron bastante en sociología fueron la cuantificación de datos cualitativos. La suposición detrás de y debida a estos desarrollos, era que la sociología había comenzado un camino en línea recta que la llevaba a convertirse en una ciencia, en virtud de verificaciones cuantitativas de hipótesis.
Un reducido número de sociólogos adoptó en realidad otras posiciones en su investigación e instrucción, pero comenzaron – y en la actualidad todavía continúan – a utilizar la retórica de la verificación al discutir sobre datos cualitativos (pruebas, verificaciones, experimentos, demostraciones y mucho más). Un punto de vista mantenía que " ya que estamos acostumbrados a los datos cualitativos, realicemos la verificación con estos datos, como lo hacen con los datos cuantitativos". Estos defensores trataron de sistematizar las formas en las que recopilaban, reunían y presentaban materiales cualitativos. A veces, utilizaban técnicas que cuantificaban, pero su sistematización era mucho más amplia. Casi todas las maniobras se efectuaban según patrones precisos – por ejemplo, cómo se registraban las entrevistas o las observaciones, cómo se realizaban los procesos de codificación, los análisis de modelos, y cómo se clarificaban los conceptos. El camino a la sistematización era guiado (como lo fue esta obra) por la presión que las verificaciones cuantitativas ejercían sobre todos los sociólogos para clarificar y codificar todas las operaciones de la investigación, sin que importe lo que produjera el tipo de datos o el contenido de la investigación. Otra posición que los defensores de los datos cualitativos tomaron mantenía que estos datos eran sus medios y por ende todavía eran los mejores y los más ricos para la teorización sobre estructuras y sistemas sociales. También, el método cualitativo era la única manera para obtener datos sobre muchas áreas de la vida social que las técnicas cuantitativas de recopilación de datos no captaban. El hecho fascinante sobre los que adoptaron este punto de vista es que siguieron generando teorías a partir de datos cualitativos, tomando conocimiento de su importancia, pero no se han referido a su trabajo como un productor de teorías (o no han descripto cómo produjeron teorías o cómo fue relevante) porque se han preocupado demasiado por formular sus ideas según la retórica de la verificación. Al leer sus artículos, uno se da cuenta constantemente de que realizan calificaciones utilizando la terminología de la verificación, como por ejemplo "la hipótesis es incierta", "sólo hemos tenido unos pocos casos", "necesitaremos pruebas más definitivas en estudios futuros" y "lo hemos controlado varias veces". No podemos evaluar lo bien que fueron generadas sus teorías, puesto que rara vez se nos informa sobre el uso de las teorías para el pronóstico, o los procedimientos que llevan a las teorías sugeridas.
La posición de los teóricos lógico-deductivistas también fue subordinada a la retórica de la verificación. Puesto que ellos no utilizaron datos para generar teorías de ninguna manera, apoyaron las verificaciones cuantitativas como la mejor manera para reformular y modificar sus teorías. Esto significaba, por supuesto, que también apoyaban la tendencia en sociología que apuntaba hacia la perfección de sus propias teorías por otros autores. No podía perder. Como lo hemos dicho con anterioridad, nunca mencionaron la pérdida de énfasis de la producción de teorías, puesto que quizá sólo quisieron que se verifiquen y modifiquen en parte sus obras y no que sean completamente substituidas.
Nuestra posición en esta obra es la siguiente: no existe ningún choque fundamental entre los propósitos y las capacidades de los métodos y datos cualitativos y cuantitativos. El choque que existe concierne a la primacía de énfasis sobre la verificación o generación de teorías – a las que han estado unidas a lo largo de la historia las discusiones sobre los datos cualitativos versus los datos cuantitativos. Creemos que los dos tipos de datos son útiles para la verificación y la producción de teorías, sin que importe demasiado dónde se ha puesto el énfasis. La primacía depende únicamente de las circunstancias de la investigación, de los intereses y la instrucción de los investigadores y de las clases de materiales que necesitan para su teoría.
En muchos casos, los dos tipos de datos son necesarios – no para utilizar los cuantitativos para verificar los cualitativos, sino utilizados como complementos, como tipos distintos de datos sobre el mismo sujeto, que cuando se los compare, cada uno generará una teoría (véase el Capítulo III).
Para fomentar este punto de vista, buscamos en esta obra incitar la sistematización de la recopilación, codificación y el análisis de datos cualitativos para la producción de una teoría. Queremos eliminar de la defensiva de la investigación en particular, la investigación de bibliotecas y de campo. Aunque el énfasis sobre los datos cualitativos sea fuerte en nuestra obra, muchos capítulos también pueden ser utilizados por aquellos que quieran generar una teoría con datos cuantitativos, puesto que el proceso de producción de una teoría es completamente independiente del tipo de datos que se utilice, (véanse, en particular, los Capítulos II y VIII, sobre la extracción teórica de muestras y los datos cuantitativos).
Nos enfocamos en los datos cualitativos por otras razones: porque los elementos cruciales de la teoría sociológica se encuentran, a menudo, por medio de un método cualitativo, es decir, a partir de datos en condiciones estructurales, consecuencias, desviaciones, normas, procesos, patrones y sistemas; porque la investigación cualitativa es, por lo general, el producto final de una investigación dentro de un área substantiva de la cual pocos sociólogos investigadores quieren salirse; y porque la investigación cualitativa es a menudo la manera más "adecuada" y "eficiente" para obtener el tipo de información requerida y disputar con las dificultades de una situación empírica. Deseamos también por medio de este libro suministrarles a todos los sociólogos un conjunto de categorías para la composición de sus teorías dentro de una retórica de producción, para equilibrar la de la verificación.
Notas al Capítulo 1:
1. Merton nunca llegó a la noción del descubrimiento de una teoría fundamentada al tratar las "funciones teóricas de la investigación". Lo más cerca que llegó fue a "hallar cosas valiosas por casualidad"; o sea, un hallazgo inesperado, anómalo y estratégico que dio lugar a nuevas hipótesis. Este concepto ni se acerca a la idea de un descubrimiento intencional de una teoría por medio de investigaciones sociales. Sino que atribuye a la casualidad el descubrimiento de una sola hipótesis. Merton estaba preocupado por cómo las verificaciones por medio de investigaciones repercutirían o modificarían la teoría. De este modo, estaba interesado en la modificación fundamentada de teorías, y no en la generación fundamentada de teorías. Social Theory and Social Structure ("Teoría y estructura social") (Glencer, Elit Free Press, 1949), capítulo III.
2. En principio cualquier concepto puede ser utilizado cuantitativamente, sólo que el sociólogo debe desarrollar sus conceptos para facilitar esta utilización.
3. Por supuesto, el investigador no aborda la realidad como una tabula rasa. Debe poseer una perspectiva que le ayudará a reconocer los datos relevantes y las categorías abstractas significativas a partir del escrutinio de datos. Discutiremos este tema más detenidamente en los Capítulos II y IX. 4. Y también al tratar de avanzar en sus carreras personales, ya que uno no puede verdaderamente disociar la necesidad de generar teorías de la necesidad de obtener promociones en sociología.
5. Véase, por ejemplo, Boys in White ("Chicos de blanco") de Howard S. Becker et al (Chicago, University of Chicago Press, 1981)._ Philip E. Hammon, (Ed.), Sociologists at Work ("Sociólogos trabajando"), (New York; Basic Books; 1964)._ Melville Dalton, "Preconceptions in Methods in Men who Manage", ("Preconceptos en los métodos de los hombres que controlan"), en Hammond, op. cit., p. 57/58.
6. Compárese con las estructuras de Melton para la codificación de teorías, según la cual se requiere que se deje de lado la riqueza "irrelevante" de la connotación. Op. cit.,p.14.
7. Véase Hans L. Zetterberg, On Theory and Verification in Sociology ("Sobre teorías y verificación en sociología"), (Totowa N., Bedminster Press, 1963)._ Éstas son las palabras de un joven teórico capitalista pidiéndoles a los verificadores que corrijan su teoría basada en conjeturas: "Considerando que las verificaciones empíricas indudablemente van a probar que una buena parte de estos pronósticos deducidos son incorrectos, estos resultados negativos proporcionarán una base para perfeccionar la teoría, en vista de que ninguna mejora es posible si una teoría no produce hipótesis operacionales que puedan ser negadas por medio de evidencia empírica". De esta manera, para animar a los verificadores escribe con cautela su teoría para que pueda ser manejada con facilidad y reprobada de diversas maneras – una tentación para los que quieren reprobar a un teórico. Estos verificadores del proletariado no advierten que al caer en dicha tentación simplemente afianzan la refinada teoría y a su autor, mientras que a ellos se los olvida de inmediato. Véase Peter Blau, Exchange and Power in Social Life, ("El intercambio y el poder en la vida social"),(New York: John Wiley e Hijos, 1964), p.9. Sólo podemos agregar que es nuestro punto de vista el que mantiene como responsables desde el comienzo a los teóricos por la fundamentación de sus teorías.
8. Véase la obra de Thomas J. Scheff, Being Mentally Ill, ("Estar demente"), (Chicago: Aldine Publishing Co., 1968), en especial p. 101.
9. Por ejemplo, esto es lo que está sucediendo con el estudio de la corrupción. Véase Marshall B. Clinard (Ed., Anomie and Deviant Behaviour), ("La corrupción y la conducta anómala"), (New York: Free Press of Glencoe, 1964)._ Por ejemplo, seis de los ocho Premios Maelver fueron llevados por sociólogos por la producción de teorías fundamentadas.
10. Thomas y F. Znaniecki (New York: Alfred A. Knopf, 1918).
11. Evaluación de la obra de Thomas y Znaniecki The Polish Peasant in Europe and America (New York: Consejo de Investigación en Ciencias Sociales, 1939).
12. Un año más tarde, Blumer publicó un admirable artículo, en el que hacía referencia a la incongruencia existente entre las teorías no fundamentadas y los innumerables estudios empíricos que no fueron orientados por una teoría. En esos años, el operacionalismo se volvía predominante, mientras que él lo atacaba de manera efectiva al no ofrecerle una solución para eliminar dicha inconsistencia. Mantenía que eso dependería de "desarrollar una familiaridad rica e íntima con la conducta que se estudia y de utilizar la imaginación de cualquiera de los observadores. El perfeccionamiento de criterios, observaciones y de conceptos va a ser en un futuro próximo, al igual que en el pasado, un proceso lento de completarse." Estamos completamente de acuerdo con sus énfasis sobre la importancia de la inconsistencia entre la teoría y los datos y sobre la necesidad forzosa de mejores datos cualitativos. La solución de Blumer para lograr una teoría mejor, y en relación cercana a los datos, fue – nuevamente – mitigada porque había adoptado una postura muy acerba en contra de la verificación (del operacionalismo en este caso), y estaba demasiado dispuesto a dejar de lado el problema de cómo generar una mejor teoría sin utilizar la fórmula general de apegarse a los datos que se estudian. Véase su obra "The Problem of the Concept in Social Psychology", American Journal of Sociology, ("El problema conceptual en la psicología social", Revista norteamericana de sociología) (1940, 707-19; las citas pertenecen a las páginas 718-719).
13. Por ejemplo, véanse los varios estudios de la escuela de Chicago sobre las pandillas, los barrios de sectores sociales pauperizados, los salones de cabareteras, los vagabundos, etc._ Para clarificaciones y codificaciones de métodos cualitativos véanse, por ejemplo, los artículos en la obra de Richard N. Adams y Jack J. Preiss (Ed.), Human Organization Research ("La investigación de la organización humana"), (Homewood, Ill.: Dorsey Press, 1960). La instancia de la codificación y clarificación de todos los métodos, incluyendo la investigación cualitativa fue presentada con anterioridad por Robert K. Merton en 1949, op. cit., página 390.
14. En la década de 1930, hombres como E. W. Burgess trataron de obviar los antagonismos, al utilizar los dos tipos de datos en sus investigaciones. Pero inevitablemente se inclinaron hacia la posición de Stoufler y Lazarsfeld que mantenía que los datos cualitativos poseían una función exploratoria, y de esta manera neutralizaban sus posibilidades productivas.
15. Véase la discusión de James Coleman sobre los méritos relativos de la investigación cualitativa y cuantitativa al analizar las "partes funcionales de una sociedad", "Reaserch Chronicle: The Adolescent Society", ("Crónica de una investigación: la sociedad adolescente"), en Philip E. Hammond, op. cit. Páginas 190-193, 206. Coleman está de acuerdo con nosotros, pero no está consciente de que los beneficios que sugiere para un "análisis cuantitativo comparado" se puedan también obtener por medio de un "análisis cualitativo comparado", como demostraremos en esta obra.
LA GENERACIÓN DE TEORÍAS POR MEDIO DEL ANÁLISIS COMPARADO.
II LA GENERACIÓN DE TEORÍAS
El uso del término estudio comparado – que a menudo se utiliza también en sociología y en antropología – lo ha llevado a que abarque y soporte varios significados y pesos diferentes. Muchos sociólogos y antropólogos lo han utilizado para alcanzar varios propósitos, al reconocer la gran utilidad y precisión del estudio comparado. Por tanto, tenemos que ser bastante claros al principio con respecto a nuestro propio uso del análisis comparado – la generación de teorías – para así evitar posibles confusiones. Primeramente, vamos a comparar nuestra propia utilización de este método con unas tantas otras (1). Luego definiremos y describiremos la clase de teoría que se puede generar por medio del estudio comparado. El análisis comparado es un método general, como lo son los métodos experimentales y estadísticos, (los tres utilizan la dialéctica de la comparación). Además, se puede utilizar el análisis comparado con unidades sociales de cualquier tamaño, al igual que los otros métodos. Algunos sociólogos y antropólogos utilizan habitualmente el término análisis comparado para referirse, únicamente, a las comparaciones entre unidades sociales de gran escala, en particular organizaciones, instituciones, naciones y grandes regiones mundiales. Pero dicho uso del término nos limita a utilizar un método general que ha sido aplicado frecuentemente a una clase específica de unidades sociales. Nuestra presentación del análisis comparado como método estratégico para la generación de teorías le atribuye al método su legítimo grado de utilización general para unidades sociales de cualquier tamaño, grandes o pequeñas, partiendo de los hombres o sus roles hasta llegar a las naciones o regiones mundiales. Recientemente, nuestra propia experiencia nos demostró la utilidad de este método para unidades organizativas pequeñas, como las guardias en hospitales o las clases en una escuela. Antes de pasar a diferenciar nuestro propósito de la utilización del método comparado, deberíamos mencionar una utilización errónea de las comparaciones: o sea, para desprestigiar, refutar o descartar el trabajo de otros colegas. Un sociólogo puede, a partir de su propia lectura, casi siempre encontrar, si se lo propone, algún dato que refute el hecho sobre el que un colega fundamenta una concepción teórica. ¡Y muchos en realidad lo hacen!. Si cada uno de los sociólogos con estas intenciones considerara el valor potencial del análisis comparado, en cambio de satisfacer sus ansias de "rechazar" la obra de otro colega, se daría cuenta que sólo acaba de ofrecer otro dato comparado para generar otra propiedad o categoría teórica. Y eso es todo lo que logra. No se desprestigia ni se rechaza nada, a pesar de lo que constantemente mantengan los que están por completo interesados en las evidencias. Colegas más amables, que le presentan al sociólogo uno o más casos negativos pero que temen menoscabar su innovación, a menudo sugerirán que podría ser recomendable una modificación en su enunciado teórico. Estas ayudas del análisis comparado ayudan al sociólogo a completar su propio análisis comparado y a fomentar la producción de su teoría.
También intentamos establecer un diálogo con los que "rechazan" la estrategia de la comparación al considerarla "poco original". Es cierto, la noción general del análisis comparado fue desarrollado por nuestros antepasados sociológicos – Weber, Durkheim, Mannhein – y por antropólogos sociales. Solamente esperamos que los lectores absorban la mayor cantidad posible de detalles comparados que se presentan en esta obra para que puedan identificar los progresos en la estrategia que permitan la optimización al máximo de su uso.
Los propósitos del análisis comparado
Podemos dilucidar la distinción que acabamos de hacer en lo que hace al énfasis relativo en la producción y la verificación de teorías al considerar los usos típicos de la evidencia obtenida por medio de estudios comparados.
Evidencia precisa
En el nivel en el que nos basamos en los hechos, la evidencia que se recopiló de otros grupos comparados – tanto naciones, organizaciones, distritos o guardias de hospitales – se utiliza para corroborar si era correcta la evidencia original. Pero, ¿es el hecho en realidad un hecho?. De esta manera, se duplican los hechos con evidencia comparada, tanto internamente (dentro de un estudio), externamente (fuera de un estudio), o de ambas maneras. Generalmente, los sociólogos están de acuerdo en que las duplicaciones son los mejores medios para la ratificación de hechos. Aunque este uso del análisis comparado no sea, en sí, nuestro objetivo, está en definitiva incluido en éste. Naturalmente, queremos estar lo más seguros posibles de nuestra evidencia y por ende la verificaremos cuantas veces sea posible. No obstante, por más que una evidencia no sea por completo precisa, esto no representará una dificultad; puesto que en la generación de teorías no nos basamos en el hecho, sino en la categoría conceptual (o en una propiedad conceptual de dicha categoría) que se produce de éste. Se puede generar un concepto a partir de un hecho, que luego se convertirá en uno de los miles posibles y diversos indicadores para el concepto o datos sobre éste. Luego se buscan estos indicadores para el análisis comparado, (véanse los Capítulos III y IV). Durante el descubrimiento de una teoría, uno genera categorías conceptuales o sus propiedades a partir de evidencia; luego, la evidencia de la cual se extrae la categoría es utilizada para ejemplificar el concepto. No cabe duda de que la evidencia no puede ser precisa necesariamente (tampoco lo es en estudios en los que sólo interesa la precisión), pero el concepto es seguramente una abstracción teórica relevante sobre lo que ocurre en el área estudiada. Además, ni siquiera se modificará el mismo concepto, por más que se modifiquen los hechos más exactos. Sólo se modifican los significados de los conceptos esporádicamente debido a la evolución de los propósitos teóricos y de investigación.
Por ejemplo, una categoría teórica que se relaciona con el cuidado de pacientes terminales es su pérdida social – pérdida de tenencia y para la familia. Esta categoría afecta la manera en la que las enfermeras cuidan a los pacientes terminales. La categoría de "pérdida social" se puede generar a partir tanto del hecho de que los pacientes importantes reciben un cuidado especial en las unidades de terapia intensiva o que las personas de color pertenecientes a las clases sociales más bajas a menudo son desatendidas en las guardias de hospitales municipales. Aún si la evidencia cambia (o si es diferente en otros hospitales por otras varias razones), podemos estar seguros de que la pérdida social es una categoría relacionada con la asistencia médica y podemos hacer predicciones basándonos en esto. Podemos pronosticar que los pacientes que sufrirán una pérdida social mayor recibirán un mejor cuidado que aquellos que sufrirán una pérdida menor. Si esta predicción es incorrecta, entonces es probable que descubramos después qué condición estructural contribuyó a negar esta relación; por ejemplo, cómo el cuerpo médico superó esta tendencia inducida socialmente en un tipo de hospital. Resumiendo, la categoría teórica descubierta sigue viviendo hasta que cualquier clase de dato demuestra que es obsoleta, mientras que la vida de la evidencia precisa que indicó dicha categoría puede ser corta.
Generalizaciones empíricas
Los estudios comparados son utilizados, frecuentemente, para establecer las generalidades de un hecho. ¿Es el incesto un tabú en todas las sociedades?. ¿Son casi todas las enfermeras mujeres?. ¿La investigación básica es el objetivo más apreciado por los científicos en todas las organizaciones de investigación?. La precisión no corre tanto riesgo como establecer los límites estructurales de un hecho: ¿dónde es el hecho una descripción precisa?. Para algunos sociólogos y antropólogos este propósito se vuelve una búsqueda de "características universales" – los hechos y sus explicaciones por otros hechos – que se aplican a todos los hombres sin tener en cuenta su sociedad o cultura.
Nuestro objetivo para la producción de teorías también incluye la formulación de generalizaciones empíricas, ya que las generalizaciones no sólo nos ayudan a delimitar los límites del campo de aplicación de una teoría fundamentada, más importante aún, nos posibilitan ampliar la teoría para que tenga una aplicación más general y un poder explicativo y predicativo más extenso. Podemos generar las propiedades de las categorías que aumenten la generalidad y el poder explicativo de las categorías comparando dónde los hechos son similares o diferentes.
Por ejemplo, podemos decir que el padecimiento del cáncer ocurre en los EEUU en un "contexto cerrado de conocimiento" – mientras que el personal médico sabe que el paciente está
por morir, el paciente por su parte desconoce esta realidad. La mayoría de los médicos no les
dicen a sus pacientes que la enfermedad que padecen es terminal, y los pacientes encuentran que las señales que les pueden alertar que van a morir son vagas o difíciles de descifrar hasta las últimas etapas de su enfermedad. En un hospital japonés que visitamos en una ocasión, los pacientes de cáncer saben típicamente que van a morir (un "contexto abierto de conocimiento"). ¿Por qué?. Porque el pabellón tiene la inscripción "Cáncer". El paciente que ingresa a esta sección percibe una clara señal de que va a morir. Mientras que en los EEUU las señales suelen ser vagas y efímeras, descubrimos por medio del ejemplo en Japón que pueden ser claras aún en la primera etapa de un padecimiento a largo plazo. Hasta ese entonces, no nos habíamos dado cuenta de que las señales pueden diferir en cuanto a su claridad en el comienzo de una enfermedad como el cáncer. Habíamos considerado que las señales sólo aparecían en las etapas finales; por ejemplo, cuando llegaba un sacerdote, o cuando el paciente no toleraba más el dolor, o cuando ocurría una deterioración corporal masiva.
Estos datos comparados del Japón nos incitaron a buscar recintos en los EEUU en donde se proporcionaban señales claras al principio de la enfermedad. Encontramos que en un hospital para ex combatientes y en una prisión, a los pacientes se les daban pistas claras de que padecían de cáncer. De esta manera descubrimos que bajo la condición estructural de ser un paciente preso en un hospital gubernamental, uno tiende a morir en un contexto abierto de conocimiento. Pero en los EEUU la mayoría de los pacientes no mueren en tales circunstancias.
La especificación de un concepto
Otro uso de los datos comparados (generalmente detallado y minucioso) es la especificación de una unidad de análisis para el estudio de un caso. Esto se realiza al especificar las dimensiones del concepto que designa la unidad. Para asegurarnos que el lector entienda de lo que se versará en un tratado, comparado con unidades aparentemente similares, el autor contrasta su unidad de análisis con estos otros elementos. La comparación hacer resaltar los elementos característicos o la naturaleza del caso que estudió. Por ejemplo, Cressey comparó cuidadosamente los cabarets con todos los otros tipos de lugares parecidos antes de proseguir con su análisis_. Lipset, Trow y Coleman compararon la naturaleza política distintiva del ITU (International Typographers` Union [Sindicato Internacional de Tipógrafos]) con la estructura característica de otros sindicatos para establecer su estudio de caso "corrupto" (2). Wirth comparó el ghetto de Chicago con el europeo para establecer cambios distintivos en el ghetto latinoamericano (3). Coleman, con la ayuda de equipos de IBM, distinguió cuidadosamente los tipos de escuela secundaria en tres dimensiones, que fueron verificados empíricamente para asegurarnos que son distintos y no sólo en sus nombres (4). Este uso corriente y necesario del análisis comparado se logra al principio de la presentación de un estudio con el propósito de establecer el resultado del caso con claridad. Este uso está, por supuesto, incluido en el propósito de la generación de una teoría. Sin embargo, cuando el analista sólo se propone especificar una unidad de análisis, elimina sus oportunidades de generar algo de mayor calidad que con cualquier otro tipo de uso del análisis comparado. Los elementos empíricos característicos que distinguen las unidades de comparación se mantienen en el nivel de los datos, para asegurar un entendimiento claro de las definiciones diferenciales. En consecuencia, las propiedades generales de las unidades, que se le pueden presentar al analista mientras compara, son cuidadosamente desatendidas. No se permite ninguna ambigüedad de similitud, como por ejemplo una teoría, implícita y explícitamente, mientras se vuelcan los datos. La verificación explícita además de comprobar las hipótesis puede llevar a establecer uniformidades y características universales muy importantes, a variaciones estratégicas de la teoría bajo condiciones diferentes y a modificaciones fundamentadas de la teoría. Se puede agregar un toque de producción, pero la atención del analista se encuentra centrada en la verificación; produce una teoría sólo para modificar su teoría original como resultado de las pruebas. Y la mayor parte de su trabajo se realiza con teorías existentes; por ejemplo, la obra de Blauner con la teoría marxista o la de Lipset con la teoría de Michel (5). Algunos analistas se interesan por generar la nueva teoría que descubren a partir de sus datos (6). De esta manera, en su obra, se genera la teoría, pero se da por sentado su descubrimiento; lo que se trata de lograr intencionalmente es la verificación de la teoría descubierta. Los analistas están preocupados por "verificar" "el conjunto emergente de proposiciones". La técnica favorita es la búsqueda de casos negativos o la acumulación deliberada de casos positivos para obtener una mayor evidencia para sus hipótesis. Y mientras tanto, como en la obra de Dalton, se debe tomar la molestia de buscar prontamente grupos comparados, otros analistas pueden utilizar grupos comparados incidental o hasta implícitamente.
En estudios específicos estos investigadores no parecen haberse concentrado directamente en cómo descubrieron su teoría; como resultado, no investigaron demasiado los medios por medio de los cuales pudieron haber generado más teorías de esta clase pero de manera más sistemática y con una generalidad y un campo de acción más generales. El interés en la verificación puede de esta manera fácilmente impedir la generación de una teoría más compacta y de mayor categoría (véase el Capítulo VI). Comúnmente, se nos presentan fragmentos de teorías muy bien verificados, que sólo pueden explicar parcialmente lo que sucede en la situación que se investiga. También, se nos presenta bastante evidencia, junto con por lo menos afirmaciones implícitas que mantienen que existen montañas de evidencia para una mayor verificación – puesto que la evidencia es todavía de mayor importancia para el analista como medio para verificar, cómo supo que su teoría era "correcta" (7). Este interés en la evidencia paradójicamente da lugar a que colegas agresivos, con diferente evidencia comparada o experiencia personal, "rebajen" la teoría, en parte o completamente.
La generación de una teoría
Aunque la verificación sea la tarea principal y esencial del investigador para las teorías existentes, sugerimos que su objetivo principal en el desarrollo de nuevas teorías sea su producción sistemática y resuelta a partir de los datos resultantes de la investigación social. Por supuesto, la verificación mayor posible junto a la mayor evidencia precisa posible es un requisito cuando uno descubre y genera teorías – pero no hasta el punto tal en el que la verificación se torne tan importante como para que absorba la producción. En estos términos, la generación de una teoría, por medio del análisis comparado, incluye y da por sentadas las verificaciones y las descripciones precisas, siempre y cuando la última esté subordinada a la generación. De otra manera, es muy probable que ambas la supriman. Obviamente, la insistencia en la generación es normal; tanto sociólogos, estudiantes como profesores, si no son "adictos" a la verificación, suelen volcarse con mucho entusiasmo a la generación. Pero cuando no se toma la generación como el objetivo principal de una investigación, queda rápidamente acorralada entre las mismas críticas de la evidencia precisa y las hipótesis verificadas. Esto sucede en especial cuando un colega influyente o un profesor realiza las críticas. La confianza del analista se derrumba porque todas las personas involucradas no se dan cuenta de que la descripción precisa y la verificación no son tan importantes cuando el propósito de uno es generar una teoría. Esto es en especial realidad debido a que la evidencia y la verificación nunca destruyen una teoría (de cualquier generalidad), sólo llegan a modificarla. Por lo único que puede una teoría ser reemplazada es por otra teoría mejor (8). Cuando comienza la tarea vital de verificar una teoría recién gestada, es muy probable que se ignore o se deje de lado la evidencia que la generó. En la actualidad, se da mucho énfasis a la nueva evidencia que se utilizará para verificar sólo una porción de la teoría. Además, los sociólogos se darán cuenta de que vale la pena dedicar parte de sus carreras a la verificación de teorías fundamentadas, ya que es muy probable que estas teorías sean de gran aplicación para las áreas que se están estudiando. Esta situación se opone al riesgo de controlar una teoría lógico-deductiva que, dudosamente, se relaciona con el área de conducta que intenta explicar, puesto que solamente fue concebida sobre una suposición a priori y un toque de sentido común, a lo que se le suman unas pocas y antiguas especulaciones eruditas (9). La persona que realiza la verificación se dará cuenta de que la teoría no tiene nada que ver con su evidencia, a no ser que fuerce una relación (10). La producción de teorías nos beneficia de la misma manera que la verificación, pero hay algo más. La verificación de una teoría lógico-deductiva por lo general nos deja a lo sumo con una hipótesis reformulada o dos y con un conjunto de especulaciones no confirmadas y, en el peor de los casos, con una teoría que no parece adaptarse o funcionar (y tal vez la desagradable sensación de que algún "pensador" nos haya jugado una mala pasada). Una teoría fundamentada puede ser utilizada como una prueba más completa de una teoría lógico-deductiva que pertenece al mismo área por medio de la comparación de ambas teorías de lo que nos puede llegar a proporcionar una descripción exacta de unas pocas proposiciones. Haya o no una teoría especulativa previa, el descubrimiento nos provee con una teoría que "se adapta o funciona" en un área formal o substantiva (aunque todavía sean necesarias la verificación, clarificación o la reformulación), ya que la teoría se derivó de los datos y no se dedujo de suposiciones lógicas.
Puesto que la evidencia precisa no es de tanta importancia para la generación de teorías, tampoco lo son el tipo de evidencia o el número de casos. Un solo caso puede indicar una categoría o propiedad conceptual; unos pocos casos más pueden confirmar dicha puntualización. Como mencionaremos en el capítulo siguiente sobre la extracción teórica de muestras, se necesitan una multitud de casos cuidadosamente seleccionados para la generación por medio del análisis comparado, pero no se lo presiona al sociólogo para que "conozca todo el campo" o que obtenga todos los hechos "de una cuidadosa muestra casual". Su tarea no yace en proporcionar una descripción perfecta de un área, sino en desarrollar una tarea que explique la mayor parte de la conducta relevante. El sociólogo que tiene como objetivo principal la producción teórica no necesita conocer mejor la situación que las personas que participan en ésta (una tarea imposible de todas maneras). Su tarea e instrucción realizarán lo que escapa a estas personas – generar categorías generales y sus propiedades para situaciones y problemas específicos y generales. Éstos pueden actuar como una guía teórica para las acciones de estas personas (véase el Capítulo X sobre aplicaciones prácticas). Con lo cual el sociólogo introduce la teoría sociológica y, en una perspectiva diferente, en la situación de una persona ordinaria. Esta última perspectiva puede resultar de gran ayuda para la última.
Los sociólogos que hacen de esta tarea su obra no son invadidos por pensamientos como "todo el mundo lo sabe, por qué molestarme en escribir un libro"_ (algo que le sucede a los que intentan presentar informes sobre descripciones precisas) o por el presentimiento de que la descripción no es suficiente: "un buen sociólogo de Chicago tiene que hacer algo mejor, pero qué" (11). Los sociólogos que establecen como objetivo la tarea de producir una teoría a partir de datos resultantes de una investigación social poseen una misión que sólo el sociólogo puede realizar y que representa un producto significativo para el público general como así también para sus colegas. Los sociólogos involucrados en una investigación suelen olvidar en sus dinámicos esfuerzos por obtener los hechos que, además de la metodología, la propuesta distintiva de la sociología para nuestra sociedad es la teoría social, no sólo la investigación de descripciones que las agencias acumularon y para corregir la ideología convencional que lleva a esta acumulación de datos (12).
¿Qué tipo de teoría se genera?
Esta obra versa sobre el proceso de producción de teorías fundamentadas y debido a esto, nuestro debate tocará los otros procesos que llevan a una teoría, en particular el lógico-deductivo. Deberíamos mencionar que la teoría fundamentada puede adoptar varias formas. Y aunque consideremos que el proceso de producción de una teoría esté relacionado con su uso y efectividad subsecuentes, la forma en la que se presenta puede ser independiente del proceso por medio del cual fue generada. La teoría fundamentada puede ser presentada como un conjunto bien codificado de proposiciones o en una discusión teórica continua, utilizando categorías conceptuales y sus propiedades.
Nuestra formulación tendrá la forma de debate por varias razones. Nuestra estrategia de análisis comparado para la generación de teorías enfatiza fuertemente el hecho de concebir la teoría como un proceso; es decir, la teoría como una entidad de desarrollo continuo y no como un producto perfeccionado, (el lector verá más adelante lo que queremos decir en los Capítulos III y IV). Para estar seguros, la teoría como un proceso puede ser presentada en publicaciones como un producto momentáneo, pero está escrita con la suposición de que todavía se está desarrollando. La teoría como proceso, creemos, presenta muy satisfactoriamente la realidad de la interacción social y su contexto estructural.
Formular una teoría como si se tratara de un debate nos da la sensación de que la teoría está "continuamente desarrollándose", le permite volverse más flexible, bastante rica, compleja y compacta y hace que su relevancia y adaptación sean fáciles de comprender. Por otra parte, plantear una teoría con carácter de proposición, excepto, tal vez, por alguna que otra proposición central, la haría menos compleja, compacta y rica, y más difícil de leer. Y por deducción puede también llegar a "congelar" la teoría en vez de dar la sensación de una necesidad de desarrollo continuo. Si es necesario para los estudios de verificación, las partes de la discusión teórica pueden ser en cualquier momento expresadas como un conjunto de proposiciones. No obstante, esta expresión es simplemente un ejercicio formal puesto que los conceptos ya están relacionados en el debate. También, con una teoría fundamentada con forma de debate o de proposición el sociólogo puede entonces deducir lógicamente más hipótesis. Además, las deducciones de una teoría fundamentada, mientras se desarrolla, son el método con el que el investigador dirige su extracción teórica de muestras (véase el Capítulo III).
Teoría substantiva y formal
El análisis comparado puede ser utilizado para generar dos tipos básicos de teorías: substantiva y formal. Con la teoría substantiva hacemos referencia a la teoría desarrollada para un área de investigación sociológica substantiva o empírica, como la atención médica, relaciones raciales, educación profesional, delincuencia u organizaciones de investigación. Cuando utilizamos los términos teoría formal hacemos referencia a la teoría desarrollada para un área de investigación sociológica formal o conceptual, como el estigma, conducta anómala, organización formal, socialización, concordancia de niveles sociales, autoridad y poder, sistemas de remuneración o movilidad social. Los dos tipos de teorías pueden ser considerados como de "escala media". Es decir, están entre las "hipótesis de trabajo secundarias" cotidianas y las "grandes teorías que lo abarcan todo".
Las teorías substantivas y formales existen en niveles de generalidad distinguibles, que sólo difieren en cuanto a grados. Por tanto, en cualquier estudio en particular, cada tipo puede cambiarse gradualmente al otro. No obstante, el analista debe enfocarse claramente en un nivel o en otro, o en una combinación específica, porque las estrategias para alcanzarlos varían. Por ejemplo, en nuestro análisis de la muerte como un cambio imprevisto de estado, el énfasis caía sobre el área substantiva del fallecimiento y no sobre el área formal del cambio de estado. Al enfatizar un área substantiva como ésta, podemos lograr la producción de una teoría por medio de un análisis comparado entre los grupos que se encuentran dentro del mismo área substantiva. En este ejemplo, comparamos las guardias hospitalarias en donde los pacientes fallecían particularmente en proporciones diferentes. La teoría substantiva también se podría generar comparando el padecimiento como un cambio de estado con otros casos substantivos dentro del área formal de cambio de estado, sea imprevisto o no, como la juventud o el compromiso de matrimonio. La comparación hará que aparezca la teoría substantiva sobre la muerte como un cambio de estado.
Sin embargo, si el énfasis recayera sobre la teoría formal, entonces el análisis comparado se realizaría entre las diferentes clases de casos substantivos que recaen en el área formal, sin la relación de éstos con cualquier otra área substantiva. El énfasis de las comparaciones es nuevo en la generación de una teoría sobre el cambio de estado, pero no lo es con respecto a la producción de una teoría sobre un solo caso substantivo de cambio de estado.
Las teorías substantivas y formales se deben fundamentar en datos. La teoría substantiva que es fiel a la situación empírica no se puede, creemos, formular simplemente aplicando unas pocas ideas de una teoría formal establecida a un área substantiva. Para asegurarnos que uno sale y estudia un área con una perspectiva sociológica en particular y con un núcleo, un interrogante general o un problema en mente. Pero también podemos (y creemos que debemos) estudiar un área sin ningún tipo preconcebido de teoría que dicte, antes del estudio, "pertinencias" en conceptos e hipótesis. En realidad, es bastante atrevido suponer que uno comienza a conocer las hipótesis y las categorías relevantes hasta que, por lo menos, "se acaban los primeros días en el campo". Una teoría substantiva que se generó de los datos debe ser primero formulada, para identificar cuáles de las diversas teorías formales son aplicables, tal vez, para fomentar formulaciones substantivas adicionales. Pasar por alto la primer tarea – descubrir la teoría substantiva relevante para un área substantiva dada – es el resultado, en la mayoría de los casos, de creer que las teorías formales pueden ser aplicadas directamente a un área substantiva y que nos proporcionarán la mayoría o todas las hipótesis y conceptos necesarios. A menudo el resultado es el forzamiento de datos, como también el abandono de hipótesis y conceptos relevantes que pueden emerger. Nuestro enfoque, que permite que las hipótesis y los conceptos emerjan primero, por sí solos, le permite que el analista averigüe qué teoría formal existente, si hubiera alguna, lo puede llegar a ayudar a producir sus teorías substantivas. Entonces puede apegarse más a sus datos en vez de forzarlos para que se adapten a su teoría. Puede ser más objetivo y tener menos predisposiciones teóricas. Por supuesto, esto también quiere decir que no puede simplemente aplicar las categorías de Parson y Merton desde el principio, sino que debe esperar a ver si se vinculan a la teoría substantiva que se descubre concerniente al tema enfocado.
La teoría substantiva a su vez ayuda a generar nuevas teorías formales fundamentadas y a reformular las que se establecieron anteriormente. De esta manera, se transforma en un vínculo estratégico durante la formulación y desarrollo de una teoría formal basada en datos. Por ejemplo, en nuestra teoría que se refería a los "contextos de conocimientos" relevantes para la muerte, dos propiedades importantes son las señales que llevan al conocimiento y las pérdidas personales que ocasiona la toma de conciencia de las varias partes. Actualmente, al generar una teoría formal de contextos de conocimiento, desarrollamos las generalidades relacionadas con los peligros y las señales, al estudiar grupos como espías y subcontratistas de la construcción. Un paciente terminal o un espía tiene pérdidas mayores en cualquier tipo de teoría substantiva y en la la formal son un diseño para la naturaleza acumulativa del saber y las teorías. Este diseño abarca un desarrollo a partir de hechos, por medio de la teoría formal substantiva a la fundamentada. Para generar teorías substantivas necesitaremos bastantes hechos para el análisis comparado necesario; los estudios etnográficos, como así también la recopilación directa de datos, son de gran utilidad para este propósito. Los estudios etnográficos, las teorías substantivas y la recopilación directa de datos son todos, a su vez, necesarios para el desarrollo por medio del análisis comparado hasta la teoría formal. Este diseño entonces ubica el lugar de cada nivel de trabajo dentro de la acumulación de conocimientos y teorías y, en consecuencia, propone una división de trabajo en la obra sociológica.
Este diseño también propone que sean necesarios varios estudios etnográficos y teorías múltiples para que las tantas áreas substantivas y formales de investigación puedan seguir desarrollando más teorías formales inconclusas. Esta demanda de teorías múltiples contrasta fuerte y directamente con las sugerencias monopólicas de las teorías lógico-deductivas, cuya formulación mantiene que existe sólo una teoría para un área, o quizás hasta una sola teoría para todas las áreas. Podemos considerar como obvia la necesidad de teorías múltiples para el nivel substantivo, aunque no así para el nivel formal. Sin embargo, las teorías formales múltiples también son necesarias, ya que una teoría nunca maneja todas las aplicabilidades y porque al comparar varias teorías podemos comenzar a llegar a niveles más inclusivos y más parsimoniosos. El teórico lógico-deductivo, que procede según la libertad y el mandato de la abstracción analítica, entra en una parsimonia prematura cuando llega a su teoría, (en los Capítulos III, IV y V veremos más detalladamente las relaciones de la investigación con la generación de teorías substantivas y formales).
Los elementos de la teoría
Los elementos de la teoría que se generan por medio del análisis comparado son, en primer lugar, categorías conceptuales y propiedades conceptuales; y en segundo lugar, hipótesis o relaciones generalizadas entre las categorías y sus propiedades.
Categorías y propiedades. La distinción entre una categoría y una propiedad indica una relación sistemática entre estos dos elementos de una teoría. Una categoría es un elemento conceptual de la teoría. Una propiedad, en cambio, es un aspecto o un elemento conceptual de una categoría. Tenemos entonces categorías con sus respectivas propiedades. Por ejemplo, dos categorías de asistencia médica son la "compostura profesional" de las enfermeras y las "percepciones de pérdida social" de un paciente que va a morir, es decir, la opinión del nivel de pérdida que su muerte representará para su familia y su trabajo. Una propiedad de la categoría de la pérdida social es la "pérdida de fundamentos" – es decir, los fundamentos que las enfermeras usan para justificar sus percepciones de pérdida social. Las tres se interrelacionan: los fundamentos perdidos surgen entre las enfermeras para explicar la muerte de un paciente, lo que consideran como una gran pérdida social y esta relación las ayudará a mantener su compostura profesional cuando se encuentren con su propia muerte.
Se debe tener en cuenta que tanto las propiedades como las categorías son conceptos que indican los datos (pero no los datos solos); también que ambos varían en cuanto a los grados de abstracción conceptual. Una vez que se concibe una propiedad o categoría, una modificación en la evidencia que las indicó no va necesariamente a alterarlas, clarificarlas o destruirlas. Se necesita mucha más evidencia - comúnmente de áreas substantivas diferentes – como así también la creación de una categoría mejor para lograr tales modificaciones en la categoría original. Resumiendo, las categorías y las propiedades conceptuales tienen una vida aparte de la evidencia que las origina.
La comparación constante de varios grupos atrae la atención del sociólogo hacia sus tantas similitudes y diferencias. Al considerarlas lo lleva a generar categorías abstractas y sus propiedades, las que, ya que emergen de los datos, van a ser claramente importantes para una teoría que explica la clase de conducta que se está estudiando. Las categorías pertenecientes a los niveles inferiores emergen rápidamente durante las primeras etapas de la recopilación de datos. Las conceptualizaciones pertenecientes a los niveles superiores, dominantes e integradoras – y las propiedades que las elaboran – suelen aparecer más tarde, conjuntamente durante la recopilación, la codificación y el análisis de los datos.
Aunque se puedan tomar prestadas categorías de otras teorías existentes, la generación de teorías no presta mayor importancia a las conceptualizaciones emergentes, siempre que los datos sean continuamente estudiados para asegurarse que las categorías se adapten. Existe un número de razones para que esto sea así. La mera clasificación de datos suele impedir la generación de nuevas teorías, puesto que no se le pone el mayor esfuerzo a la generación, sino a la clasificación de datos. También, las categorías emergentes, a menudo, resultan ser las más relevantes y las mejores adaptadas a los datos. Mientras son descubiertos, se desarrollan y verifican continuamente en busca de relevancia todas sus generalidades posibles más completas y sus significados. Además, la suficiencia de los índices para las categorías que se descubren rara vez es un problema.
Contrariamente, cuando tratamos de adaptar una categoría proveniente de otra teoría a la situación que se estudia, podemos tener muchas más dificultades para encontrar los indicadores y para que nuestros colegas los acepten. El resultado es que nuestro intento por forzar "datos redondos" en "categorías cuadradas" es sostenido por una larga explicación justificatoria sobre la relación experimental entre ambos. Forzar datos para luego aplicarlos a categorías o propiedades seguramente producirá el escepticismo de colegas y del público en general desde el principio (13). Trabajar con categorías extraídas de otras teorías es mucho más difícil puesto que es complicado encontrarlas, son escasas, pero no significativas; ya que a la larga pueden no llegar a ser relevantes y no fueron diseñadas, específicamente, para el propósito, deben ser especificadas nuevamente. Resumiendo, nuestro énfasis en el descubrimiento de categorías soluciona el problema de adaptación, relevancia, forzamiento e importancia. Una estrategia efectiva es, en primer lugar, ignorar literalmente las teorías y los hechos sobre el área de estudio, para asegurar que el descubrimiento de categorías no sea tergiversado por los conceptos más adecuados para diferentes áreas. Se pueden establecer las similitudes y las convergencias con el material después de que se haya descubierto el núcleo analítico de las categorías.
Mientras que la verificación de una teoría tiene por objetivo establecer unas pocas uniformidades y variaciones, relativamente importantes sobre el mismo nivel conceptual, creemos que la generación de una teoría debe apuntar a lograr una mayor diversidad de categorías a ser descubiertas, sintetizadas en la mayor cantidad posible de niveles de generalizaciones conceptuales e hipotéticas. La síntesis proporciona rápidamente conexiones aparentes entre los datos y las abstracciones conceptuales de categorías y propiedades de los niveles superiores e inferiores.
Esta posición sobre la diversidad de los niveles conceptuales tiene consecuencias importantes para el sociólogo y la sociología. Mientras el sociólogo utiliza conceptos sociológicos estándares, pronto descubre que a menudo se definen, dimensionan, especifican o representan de maneras muy diferentes. Los límites típicos del concepto estándar se desdibujan. Además, los límites de la maquinaria establecida de conceptos sociológicos también se ven desdibujados. Mientras descubre nuevas categorías, el sociólogo se da cuenta de las pocas clases de conducta que nuestros tantos conceptos pueden manejar y reconoce la necesidad de desarrollar más conceptos para salirse de las áreas convencionales de investigación para así adentrarse en la multitud de incógnitas substantivas de la vida social que nunca anteriormente fueron incursionadas – la subcontratación de construcciones, subastas, hipotecas o la producción de obras teatrales por parte de grupos amateurs, por mencionar sólo unos ejemplos.
Cuando reflexionamos sobre el amplio espectro de la vida social, nos damos cuenta que los sociólogos (con la ayuda enfocada de los fundamentos) han trabajado en realidad sólo en una pequeña porción de ella cuando se plantean cuestiones importantes como corrupción, problemas sociales, organizaciones formales, educación, salud mental, gobierno comunitario, países subdesarrollados, entre tantas. Uno también se da cuenta que todavía se tienen que generar una gran cantidad de teorías formales sobre áreas adicionales como la soledad, la brutalidad, resistencia, debates, sistemas de licitación, transporte, distribución de pedidos postales, confabulación corporativa, sistemas financieros, diplomacia, y la interdependencia mundial por medio de los sistemas comerciales. Una estrategia para lograr una mayor importancia en la generación de teorías es trabajar en áreas no tradicionales en donde existe poco o nada de material al respecto. Encontrar áreas no tradicionales es también una estrategia para escapar a las trabas de las teorías existentes y del análisis contemporáneo. El sociólogo que realiza esta tarea no sólo se encontrará produciendo una nueva teoría sino que también estará abriendo una nueva área de investigación sociológica – iniciando virtualmente una nueva etapa de la sociología. No obstante, si estudia áreas más o menos tradicionales, el primer requisito para romper con los límites de la sociología establecida es generar teorías a partir de datos.
La clase de concepto que debe ser generado posee dos características esenciales conjuntas. Primero, los conceptos deben ser analíticos – generalizados lo suficiente como para que designen las características de entidades concretas, no las entidades en sí. También deben ser sensitivos – producir una imagen significativa, apoyada por ilustraciones que nos ayudan a entender la referencia desde el punto de vista de nuestra propia experiencia- (14). Crear conceptos analíticos y sensitivos ayuda a que el lector vea y escuche claramente a las personas en el área de estudio, en especial si se trata de un área substantiva. Esta percepción ayuda, a su vez, a que el lector entienda la teoría desarrollada para un área en particular. Formular conceptos de esta naturaleza, al unificar lo mejor de dos mundos posibles, acarrea un estudio considerable de los datos propios y requiere una recopilación también considerable de datos de los incidentes que se relacionan con una categoría. Si un sociólogo se dedica a recopilar datos para otra categoría potencial, cuando una categoría es escasamente establecida, desatendiendo la categoría que recién se estableció, es probable que la última carezca del desarrollo de algunos de sus aspectos sensitivos y analíticos. Se debe encontrar un equilibrio entre las dos líneas de producción acorde a la saturación teórica de las categorías (una estrategia que discutiremos en el Capítulo III).
Hipótesis.
La comparación de las diferencias y similitudes entre los grupos no genera solamente categorías, sino que también y con bastante velocidad, relaciones generalizadas entre ellas. Se debe recalcar que estas hipótesis poseen en primera instancia el estado de relaciones sugeridas, pero no verificadas, entre las categorías y sus propiedades, aunque sean verificadas con bastante regularidad en el transcurso de la investigación.
Si el sociólogo, mientras recopila y analiza datos cualitativos, comienza a tomar nota en un estado de confusión de casi todo lo que ve porque le parece que todo es importante o si comienza con un propósito más definido, su trabajo lleva rápidamente a la producción de hipótesis. Cuando empieza a generarlas con el propósito explícito de producir una teoría, el investigador ya no es un receptor pasivo de sensaciones sino que se ve envuelto naturalmente en la producción y verificación de sus hipótesis a través de la comparación de grupos. Es característico que en esta clase conjunta de recopilación y análisis de datos se persigan simultáneamente múltiples hipótesis. Algunas son perseguidas durante lapsos prolongados de tiempo porque su generación y verificación están unidas a hechos sociales en desarrollo. Mientras tanto, se buscan continuamente nuevas hipótesis.
La generación de hipótesis requiere la evidencia suficiente para establecer una sugerencia – no requiere de la acumulación excesiva de evidencia para establecer una prueba y la resultante obstaculación de la generación de teorías. Sin embargo, en el trabajo de campo, se descubren a menudo las relaciones generales en vivo; es decir, el investigador literalmente las observa cómo se desarrollan. Esta faceta del carácter "real" del trabajo de campo merece mucha atención, puesto que es un dividendo importante para la generación de teorías, (agregaremos más al respecto cuando discutamos la credibilidad de los análisis de datos cualitativos de campo en el Capítulo IX).
Al principio, nuestras hipótesis parecen no guardar relación, pero mientras se descubren las categorías y las propiedades, se desarrollan sus abstracciones, y comienzan a relacionarse, sus interrelaciones acumulativas forman un marco teórico integrado central – el núcleo de la teoría que se va a descubrir. Este núcleo se transforma en una guía teórica para la recopilación y el análisis de datos posteriores. Los investigadores de campo han hecho comentarios sobre la rápida cristalización de este marco, como así también sobre la aparición inmediata de las categorías (15). Cuando se le da mayor importancia a la verificación de una teoría, no existe ninguna condición para descubrir novedades y las perspectivas que poseen un potencial esclarecedor, que sí se descubren y que podrían modificar una teoría, son en realidad suprimidas. Durante la verificación, el investigador se siente como si ya tuviera la teoría y que es hora de que la "controle". Sin embargo, cuando el objetivo es la generación de una teoría, uno está constantemente alerta ante las perspectivas emergentes que vayan a modificar y a ayudar a desarrollar la teoría. Estas perspectivas pueden con facilidad ocurrir en el último día del estudio o cuando se está por mandar el boceto a la imprenta: entonces las palabras publicadas no son las finales, sino sólo una pausa en el interminable proceso de producción de teorías. Cuando la verificación es el objetivo principal, la publicación del estudio suele darles la impresión a los lectores de que éstas sí son las palabras finales al respecto.
Integración.
La integración de una teoría – que ocurre en los tantos niveles de generalidad que se descubren – no necesita una distinción entre las hipótesis "que funcionan" (o "normales") y las teóricas (16). Nuestro énfasis sobre la integración toma en consideración la gama más completa de los niveles conceptuales, cualquiera que utilice la teoría integrada puede comenzar en un nivel más general, al concentrarse en un área específica dentro de la teoría y descender poco a poco hasta llegar a los datos, guiado todavía por las hipótesis para situaciones específicas y limitadas. Para aquellos que utilizan la teoría, estas hipótesis con menor información pueden resultar tan importantes como las hipótesis teóricas más generales; por ejemplo, un sociólogo que estudia el conocimiento de un paciente terminal en una guardia quirúrgica o enfermeras que tratan de aplicar la teoría del conocimiento en las relaciones familiares como se observan en una guardia de emergencia (aunque no en todas).
Se debe recalcar que es mejor la integración de la teoría cuando es descubierta, al igual que los conceptos. La teoría no debe ser nunca integrada así porque sí, tampoco se le debe aplicar un modelo perteneciente a una teoría formal hasta que uno esté seguro que funcionará y que no forzará los datos. Recién se puede determinar el uso posible de un modelo formal de integración después de que se haya descubierto suficientemente un modelo substantivo. El marco de descubrimiento que en verdad la integrará, que abarca la más completa diversidad de categorías y propiedades, se transforma en un esquema abierto, que no se presta a ser rediseñado. Es abierto porque, mientras se generan y relacionan las nuevas categorías o propiedades, parece haber siempre lugar para ellas en el esquema. Para la teoría substantiva, es muy probable que el analista descubra un esquema integrador dentro de sus datos, puesto que los datos y las interrelaciones de su teoría se encuentran muy cerca una de la otra (16). No obstante, el análisis comparado de los diversos tipos de grupos substantivos, aunque tengan por objetivo generar una teoría formal "fundamentada", puede alejar al analista de las integraciones substantivas que se descubren. Los modelos formales ya existentes del análisis, la estructura y el proceso son guías útiles para integrar las categorías de una teoría formal, si tenemos en cuenta que no se fuerza la integración sobre la teoría. Los modelos de integración para las teorías substantivas que se derivan de los datos no son necesariamente aplicables en otras áreas substantivas. Se debe intentar su transferencia con sumo cuidado, y sólo después de haber intentado en primera instancia descubrir una integración emergente.
Por ejemplo, nuestra integración de la teoría substantiva sobre la pérdida social de los pacientes terminales – bajo las categorías más importantes de cálculo de pérdida social, historias de pérdida social y el impacto de la pérdida social – incluye el efecto de la pérdida social de pacientes terminales sobre las actitudes y el comportamiento de las enfermeras_. No podemos afirmar si el mismo esquema de interrelaciones se podrá aplicar o no en otras teorías substantivas que tratan el valor social de las personas atendidas por expertos. No obstante, nuestra integración substantiva va a suministrar un comienzo útil para integrar una teoría formal sobre la distribución de los servicios como lo realiza el valor social del pueblo_. Hacemos referencia al paso de los niveles de teorización substantivos a los formales en el Capítulo III y se tratará más explícitamente en el Capítulo IV. Al prestar atención a estas estructuras sobre la emergencia y la aplicación de esquemas de integración, como así también a las estructuras sobre el descubrimiento de conceptos nos aseguraremos que las teorías substantivas y formales correspondan de cerca con el mundo "real". Estas reglas son las descripciones iniciales de un proceso – que no podemos enfatizar demasiado – por medio del cual las teorías substantivas y formales que "funcionan" (pronostican y explican – y no suenan "pomposas") son generadas a partir de los datos.
El cuadro que aparece a continuación presenta ejemplos de los elementos de los dos tipos de teorías que hemos visto:
Elementos de la teoría
Tipo de teoría SubstantivaFormal
Categoría
Propiedades de la característica
Hipótesis
Pérdida social de pacientes terminales. Cálculo de la pérdida social según la base de características aprendidas y aparentes Cuanto más alta es la pérdida social de un paciente terminal, mejor es su atención médica, pero es mayor el número de enfermeros que desarrollan una pérdida de fundamentos para explicar su muerte. Valor social de las personas. Cálculo del valor social de una persona sobre la base de características aprendidas y aparentes. Cuanto más alto es el valor social de una persona, menor es el retraso que experimenta al recibir los servicios de los expertos.
Al finalizar este capítulo, nos gustaría recalcar un aspecto sumamente importante de la generación de teorías que ocupan éste y otros capítulos de esta obra. La recopilación, codificación y análisis conjuntos de los datos es la operación fundamental. La generación de teorías, junto con la noción de la teoría como un proceso, necesita que estas tres operaciones se lleven a cabo juntas lo más frecuentemente posible. Se deben mezclar y entrelazar continuamente, del comienzo al fin de una investigación. Para estar seguros, en cualquier investigación la tendencia es realizar los tres simultáneamente, pero en muchos estudios sobre descripción y verificación (sino en todos) existe la tendencia de concentrarse en uno por vez y en consecuencia los demás son ignorados o se les restan importancia. Esta separación definitiva de cada operación dificulta la producción de teorías. Por ejemplo, si mientras se codifican los datos aparece una idea analítica nueva que sacude la operación, no se le debe prestar atención a dicha idea debido a reglas o a meras rutinas preestablecidas – y de esta manera se suprime en ese instante la producción de una teoría. Para ahondar sobre esta táctica, trataremos en el Capítulo III las relaciones entre la recopilación de datos y el análisis, que implica una codificación considerable; en el Capítulo V, nos dedicaremos a las relaciones entre la codificación y el análisis conjuntos, mientras se recopilan los datos.
Notas:
1.En el Capítulo VI tratamos detalladamente un número de estudios en los que se utiliza el "método comparado", a los que examinamos para detectar sus propósitos específicos y que diferenciamos de nuestros objetivos propuestos._ Barney G. Glaser y Anselm L. Strauss, Awareness of Dying, ("Estar consciente de la propia muerte"), (Chicago, Aldine Publishing Co., 1965).
2. Aplicamos aquí de una nueva manera la regla de Lazarsfeld sobre la "intercambiabilidad de índices". Véase F. Lazarsfeld y Wagner Thielens, The Academisc Mind ("La opinión académica"), (New York: 1963), páginas 462-467.
3. Para una explicación y una discusión teórica de la categoría de pérdida social, véase Barley G. Glaser y Anselm L. Strauss, "The Social Loss of Dying Patients", ("La pérdida social de los pacientes terminales"), páginas 119-22._ Glaser y Strauss, "Estar consciente..." op.cit., capítulos 3 y 8._ Paul Cressey, The Taxi-Dance Hall ("El cabaret"), (Chicago: University of Chicago Press, 1932).
4 S. M. Lipset, Martin Trow y James S. Coleman, Union Democracy ("La democracia de la confederación"), (New York: Free Press of Glencoe, 1956)._ Louis Writh, The Ghetto ("El ghetto"), (Chicago; University of Chicago Press, 1962)._ James Coleman, The Adolescent Society ("La sociedad de los adolescentes"), (New York; University of Chicago Press, 1962)._ Por ejemplo, Robert Blauner, Alienation and Freedom, ("Alienación y libertad"), (Chicago; University of Chicago Press, 1964)._ Véase Robert K. Merton, Social Theory and Social Structure ("Teoría y estructura social"), (New York; Free Press of Glencoe, 1957), Capítulo III.
5. Véanse Blauner, op. cit., y Lipset et al., op. cit._ Véanse, por ejemplo, Melville Dalton, Men Who Manage ("Hombres que dirigen"), (New York; John Wiley and Sons, 1959); y Howard S. Becker, Blanche Geer, R. Hughes y A.L. Strauss, Boys in White ("Chicos de blanco"), (Chicago; University of Chicago Press, 1961)._ Becker et al (ibid.), nos informa sobre "5000 páginas" de notas y entrevistas de campo (p.30); y Dalton (ibid.) sobre su investigación "que continuó por más de una década". Estos autores dan a entender que uno no puede dudar de tales cantidades de tiempo y evidencia.
6. Esto es un descubrimiento fundamental en la obra de Thomas S. Khun, The Evidence of Scientific Revolutions ("La evidencia de las revoluciones científicas"), (Chicago; University of Chicago Press, 1962). Creemos que se aplica más a la teoría fundamentada que a una basada en el método lógico-inductivo._ Por tomar un ejemplo, en su obra sobre teorías basadas en conjeturas, Blau mantiene: "La concepción y el análisis que se presentan en esta obra fueron fuertemente influidos por las obras de otros científicos sociales, y a menudo se basan finalmente en los discernimientos sobre la vida social de filósofos sociales y pensadores del pasado". Peter Blau, Exchange and Power in Social Life ("El intercambio y el poder en la vida social"), (New York: John Wiley and Sons, 1964), página vii.
7. Además, el analista puede forzar esta relación porque aprendió a pensar que la ciencia aplica un marco analítico en el área de estudio – no forzar esta relación significa salirse del camino de la ciencia. "A menos que el investigador sea sumamente cuidadoso, es muy probable que tome consciencia de que se sale de sus hipótesis de trabajo originales, ya que se ve obligado a ir 'a donde sea que lo lleven sus datos', "nos advierte el investigador sobre la posibilidad de rehusarse a forzar la adaptación de los datos a la teoría". Véase Staley H. Udy hijo, "Cross Cultural Analysis: A case Study" ("Análisis contracultural: un estudio de caso"), en la obra de Philip Hammond (Ed.), Sociologists at Work ("Sociólogos trabajando"), (New York; Basic Books, 1964), p. 174-75. O puede forzar esta relación para asegurarse su ascenso en una organización con colegas que piensan que tal relación debe existir porque "un gran autor " mantenía que existía una. No es necesario agregar que no estamos de acuerdo con que se fuerce una relación entre la teoría y los datos, algo que es completamente contrario al énfasis de nuestra obra sobre una adaptación entre ellos.
7. Blanche Geer, "First Days in the Field" ("Los primeros días en el campo"), en la obra de Hammond, op. cit., página 322._ David Reisman y Jeanne Watson, "The Socialbility Project: A Chronicle of Frustration and Achievement" ("El proyecto de la sociabilidad: crónica de frustraciones y logros"), en la obra de Hammond, op. cit., página 292._ Estamos completamente de acuerdo con lo que mantiene Zetterberg, que cuestiona si la sociología avanzará más al concentrarse en la teoría o en la metodología. Pero sentimos que es necesaria una metodología sobre la generación para lograr este desarrollo teórico. Véase Hans L. Zetterberg, On Theory and Verification in Sociology ("Sobre la teoría y la verificación en sociología"), (Totowa, N.J.; Bedmister Press, 1963), prefacio.
8. Un buen ejemplo es la importancia sociológica de las grandes cantidades de estadísticas realizadas por el gobierno sobre la atención médica diferencial de los estratos socioeconómicos en los EEUU. El significado de estas estadísticas es patente, sin embargo la importancia sociológica más profunda no orienta estos estudios gubernamentales ni tampoco afecta demasiado las políticas de las agencias. Se puede fácilmente relacionar lo que los sociólogos saben sobre los estilos de vida socioeconómicos y sobre la organización de medios médicos con los datos del gobierno. Véase el ensayo de políticas sobre la atención médica de Anselm Strauss, escrito por el Instituto para los Estudios de Políticas (Washington D.C., julio de 1965).
9. Esta elección no es novedosa, puesto que la mayoría de las teorías se componen de esta manera, sean fundamentadas o lógico-deductivas. Pero recalcamos la decisión, por el pedido de varios colegas, de tener a raya la crítica que mantiene que la única y verdadera teoría es la que se compone, por medio de cifras, como un conjunto integrado de proposiciones. La forma en que se presente no la hace en sí una teoría; es una teoría porque explica y pronostica algo.
10. Véase Mertan, op. cit., páginas 5-10._ Barney G. Glaser y Anselm L. Strauss, "Temporal Aspects of Dying as a Non-Scheduled Status Passage", ("Aspectos temporales de la muerte como un cambio imprevisto de estado"), American Journal of Sociology ("Revista norteamericana de sociología"), LXXI (julio de 1965), páginas 48-50.
10. Geer, op. cit.
11. Véase Glaser y Strauss, "The Social Loss of a Dying Patient" ("La pérdida social de un paciente terminal"), American Journal of Nursing ("Revista norteamericana de enfermería"), 64 (junio de 1964), páginas 119-22.
12.Véase el caso de historia sobre este problema confrontado por Reisman y Watson, op. cit., páginas 305-309._ Sobre los conceptos sensitivos véase Herbert Blumer, "What is Wrong with Social theory" ("¿Qué es lo que es incorrecto en al teoría social?"), American Sociological Review, ("Revista norteamericana de sociología"), 19 (febrero de 1964), páginas 8-19
13. Nuestro colega, Leonard Schatzman, lo denominó "el efecto ímpetu". La aparición de categorías y de perspectivas teóricas toma tal ímpetu que el investigador muy a menudo debe retirarse del campo luego de unos pocos días para evaluar los datos y establecer un orden para lo que está sucediendo. Deja de ser apabullado por la gran cantidad de datos para comenzar a planear la extracción teórica de muestras.
14. Zetterberg, op. cit., página 21, y pássim
15. Por ejemplo, considérese el esquema de integración de "El conocimiento y la compostura del personal hospitalario" ("Awareness and the Nurse`s Composture"), capítulo 13 en la obra de Glaser y Strauss, Awareness of Dying ("Estar consciente de la propia muerte").
16. Glaser y Strauss, "La pérdida social de un paciente terminal", op. cit.
17. La manera en que hemos integrado una teoría sobre el padecimiento como un cambio inesperado de estado – que legitima, coordina y anuncia el cambio – va a proporcionar un comienzo útil para el cambio de estado en general.
Extracción teórica de muestras
La extracción teórica de muestras es el proceso de recopilación de datos para la generación de una teoría, por medio del cual el analista recopila, codifica, y analiza conjuntamente sus datos y, además, decide luego la clase de datos que va a recopilar y en dónde los va a encontrar para desarrollar su teoría al mismo tiempo que la descubre. Este proceso de recopilación de datos es controlado por la teoría que se descubre, sea formal o substantiva. Las primeras decisiones con respecto a la recopilación de datos se basan solamente en una perspectiva sociológica general y en un tema general o en un área problemática (por ejemplo, cómo los estafadores manejan las cotizaciones factibles, o cómo los policías tratan a las personas de color o qué es lo que sucede en las universidades que hace que los estudiantes de medicina se conviertan en médicos). Es importante remarcar que las primeras decisiones no se basan en un marco teórico preconcebido.
El sociólogo puede comenzar la investigación con un marco parcial de conceptos "limitados", que hacen referencia a unas pocas características principales o generales de la estructura y a procesos en las situaciones que ha de estudiar. Por ejemplo, ya sabe antes de estudiar un hospital que allí habrá médicos, enfermeras, asistentes, guardias y regularidades de admisión. Estos conceptos son un apoyo inicial para su investigación. Por supuesto, no advierte la importancia de estos conceptos para su problema – este problema debe ser descubierto – tampoco es probable que sean parte de las categorías explicativas principales de su teoría. Es más probable que las categorías sean conceptos sobre el mismo problema y no sobre su situación. Además, descubrirá que algunos de los conceptos "limitados" no serán utilizados en la situación relevante para el problema – los médicos pueden ser denominados terapeutas para el problema – y encontrará muchos más conceptos "limitados" de lo que puede haber previsto antes de comenzar la investigación.
Por otra parte, el sociólogo tiene que ser también lo suficientemente sensible teóricamente como para que pueda conceptualizar y formular una teoría mientras la descubre a partir de los datos. Una vez que se dispara, la sensibilidad teórica sigue un desarrollo continuo irrefrenable. Se desarrolla en un transcurso de tiempo durante el cual el sociólogo razona según términos teóricos sobre lo que conoce y mientras cuestiona la gran diversidad de teorías con preguntas como "¿Qué es lo que hace la teoría?, ¿cómo se concibe?, ¿cuál es su posición central?, ¿qué tipo de modelo utiliza?". La sensibilidad teórica de un sociólogo tiene estas otras dos características. Primero, incluye sus inclinaciones personales y temperamentales. Segundo, afecta la habilidad del sociólogo para ser teóricamente intuitivo en su área de investigación, junto con su habilidad para hacer algo con esta intuición (véase el Capítulo XI).
Estas fuentes de desarrollo de la sensibilidad teórica construyen continuamente en el sociólogo un armamento de categorías e hipótesis sobre los niveles formales y substantivos. La teoría que existe en el interior de un sociólogo puede ser utilizada para generar su teoría específica si, después de un estudio, se descubren la adaptación y relevancia de los datos. Después de esto, y una vez descubierta, la teoría tenderá a combinar principalmente los conceptos y las hipótesis que se descubrieron a partir de los datos con los que existían anteriormente y que eran evidentemente útiles. Hemos puesto el mayor énfasis en los conceptos que se descubren – los que provienen de los datos. Sin embargo, si se descubren los elementos teóricos o si ya coexisten con la adaptación y relevancia que se exterioriza, se aplican las estrategias del análisis comparado que se presentan en éste y en los siguientes dos capítulos.
La capacidad para la sensibilidad teórica se pierde cuando el sociólogo se vuelca por completo a una teoría preconcebida específica (por ejemplo, la organización formal) debido a que luego se torna doctrinario y ya no puede "volver" a su teoría favorita o a cualquier otra. Se torna insensible, o hasta defensivo, hacia los tipos de preguntas que ponen en duda su teoría; se preocupa por la verificación, modificación y el entendimiento de todo desde su propia perspectiva. Esta persona rara vez va a descubrir una teoría a partir de datos. En las pocas ocasiones en las que realmente exteriorice la teoría, es muy probable que la teoría preconcebida sea olvidada o dejada de lado porque ahora parece ser irrelevante ante los datos (1).
Además de las decisiones que atañen a la recopilación inicial de datos, no se puede planificar otra recopilación anticipando la teoría que se va a descubrir (como se realiza en la investigación diseñada para la verificación y la descripción). La teoría descubierta señala los pasos a seguir – el sociólogo no los conoce hasta que lo guían las incongruencias que aparecen en su teoría y las preguntas de investigación que sugirieron respuestas anteriores (2). La pregunta más importante durante la extracción teórica de muestras (en cualquier teoría substantiva o formal) es: ¿Hacia qué grupos o subgrupos se dirige uno luego en la recopilación de datos?. Resumiendo, ¿de qué manera el sociólogo selecciona grupos múltiples de comparación? (3). Las posibilidades de comparación múltiple son infinitas y, debido a esto, se deben seleccionar los grupos acorde a los criterios teóricos. En la actualidad, muchos sociólogos evitan el problema de seleccionar grupos al estudiar solamente un único grupo durante una investigación dada, realizando algún que otro esfuerzo para delinear subgrupos y con referencias ocasionales a encuentros comparados sobre otro grupo (a menudo en los pié de páginas), seguido típicamente por una descripción breve de las diferencias, pero no por un análisis teórico. En otros estudios, en particular en el estudio de una investigación, las comparaciones a menudo se basan, y con bastante arbitrariedad, en sólo un único grupo sustantivo diferente (como por ejemplo los científicos naturales comparados con los sociales, o los científicos con respecto a los ingenieros) o se basan las comparaciones en los tantos subgrupos incluidos en el grupo sustantivo. Y en "los estudios comparados" de más de dos grupos, el sociólogo a menudo trata de comparar la mayor parte posible de los grupos para los que puede obtener datos dentro de los límites que ponen el dinero y el tiempo y su grado de acceso a estos grupos (4). Luego la cita de factores comunes y las diferencias importantes justifican el conjunto resultante de grupos, manteniendo que de cualquier forma estos son todos los datos disponibles. Y las comparaciones siguientes les son encomendadas a los futuros investigadores.
Aunque estos métodos de elección de grupos den como resultado una investigación valiosa, no emplean los criterios para la extracción teórica de muestras que trataremos en este capítulo. Nuestros criterios son la relevancia y el propósito teóricos – no la circunstancia estructural. Aunque sean restringidos por las mismas circunstancias estructurales de investigación, no basamos la investigación en ellos. Los criterios pueden parecer flexibles (demasiado para ser válidos, dijo un crítico), pero el lector debe recordar que nuestro propósito principal es generar teorías, no establecer verificaciones por medio de los "hechos". Confiamos en que estos criterios vayan también a crear un control más sistemático, relevante e impersonal sobre la recopilación de datos que los criterios preplanificados, rutinarios y arbitrarios, basados en las líneas estructurales existentes de los límites de grupos cotidianos. Los últimos criterios se utilizan en estudios diseñados para conseguir datos y verificar hipótesis. Es inmediatamente obvia la razón para enfatizar esta diferencia en el control. Los criterios para la extracción teórica de muestras son diseñados para ser aplicados en la recopilación y el análisis progresivos y continuos de datos asociados con la producción de teorías. Por ende, son continuamente ajustados para que se adapten a los datos y sean aplicados, juiciosamente, en el lugar y en el momento exactos durante el análisis. El analista puede ajustar continuamente su control de recopilación de datos para asegurar la relevancia de los datos para los criterios impersonales de la teoría que descubrió.
Por otro lado, los datos recopilados según una rutina preplanificada son más propensos a llevar al analista en direcciones irrelevantes y hacia dificultades peligrosas. Puede descubrir eventualidades imprevistas en las personas entrevistadas, en la biblioteca y en el campo, pero no es capaz de ajustar sus procedimientos de recopilación de datos o inclusive de rediseñar todo su proyecto. Según la práctica convencional, se recrimina al investigador si permanece fiel al diseño de investigación prescrito, sin que importe demasiado lo pobre que sean sus datos. Si modifica su tarea para responder a estas eventualidades, los lectores pueden juzgar que los hechos fueron contaminados por su violación de las reglas impersonales preconcebidas. De esta manera, es sometido por las reglas impersonales y no tiene control sobre la relevancia de sus datos, aún mientras la ve descarriarse (5) .
La selección de grupos de comparación
En esta sección nos dedicaremos de lleno a tratar de responder dos preguntas: ¿qué grupos se eligen? ; ¿cómo y por qué?.
¿Qué grupos?.
El criterio fundamental que gobierna la selección de grupos de comparación para descubrir teorías es la relevancia teórica que favorece el desarrollo de categorías que se exteriorizan. El investigador selecciona cualquiera de los grupos que ayude a generar la mayor cantidad de categorías posible y hasta el máximo grado posible y a interrelacionar las categorías con sus propiedades. Debido a esto y como dijimos en el Capítulo II, las comparaciones de grupos son conceptuales; se realizan por medio de la comparación de evidencia similar o distinta que indica las mismas categorías o propiedades conceptuales, no se realizan por medio de la comparación de evidencia porque sí. El análisis comparado aprovecha al máximo la "intercambiabilidad" de los indicadores o índices, y desarrolla, mientras avanza, una amplia gama de indicadores para las categorías y propiedades (6). Puesto que solamente se pueden elegir los grupos para una sola comparación, puede que no exista ningún conjunto de grupos definitivo, prescrito o preplanificado que sea comparado por todas o casi todas las categorías (como sucede en los estudios comparados realizados para lograr descripciones y verificaciones precisas). En las investigaciones realizadas para descubrir teorías, el sociólogo no puede citar el número y las clases de grupos a partir de los cuales recopiló los datos hasta que completó la investigación. A lo sumo, después puede encontrar que el desarrollo de cada una de las categorías principales pudo haberse basado en comparaciones de conjuntos diferentes de grupos. Por ejemplo, podemos escribir una teoría substantiva sobre la autoridad de los científicos en las organizaciones y comparar las varias clases diferentes de organizaciones para desarrollar propiedades que guarden una relación con las diversas categorías que puedan descubrirse: la autoridad sobre los clientes, la administración, medios de investigación o las relaciones con organizaciones y comunidades exteriores; el grado y el tipo de afiliación a la organización, entre tantos. O el sociólogo puede desear escribir una teoría formal sobre la autoridad profesional en las organizaciones; entonces es muy probable que los conjuntos de grupos de comparación para cada categoría sean muchos más diversos que los que se utilizaron para desarrollar una teoría substantiva sobre los científicos, ya que ahora el campo de comparaciones posibles es mucho más amplio.
Nuestra dialéctica sobre la inclusión continua de grupos debe ser diferenciada de la dialéctica utilizada en los análisis comparados que se centran principalmente en la evidencia precisa para la descripción y verificación. Ésta, de inclusión y exclusión preplanificadas, desalienta a los analistas para que no realicen comparaciones con "grupos no comparables". Un grupo debe tener "la suficiente cantidad de características en común" con los otros grupos para que sea incluido en el conjunto planificado (7). Estas dos reglas representan un intento por "mantener constantes" los hechos estratégicos, o para descalificar grupos en los que los hechos no se pueden mantener constantes o que de otra manera introducirían diferencias no deseadas. Por tanto, durante la comparación de variables (conceptuales y reales), uno espera que, debido a este conjunto de "grupos depurados", los factores adulterados no influyan en los descubrimientos y las relaciones y las tergiversen. Este esfuerzo de depuración se realiza como un resultado imposible de alcanzar, ya que uno en realidad nunca sabe lo que se mantuvo o no constante.
Indudablemente, estas reglas de comparación son importantes cuando se quiere obtener evidencia precisa, pero pueden obstruir la generación de teorías, en la que es irrelevante la "no-comparación" de grupos. Previenen el uso de una gama mucho más amplia de grupos para desarrollar las propiedades de las categorías. Por medio de la comparación de cualquier grupo, sin tener en cuenta las diferencias o similitudes, siempre y cuando los datos se apliquen a una categoría o propiedad similar, se alcanza dicha gama, que se necesita para el desarrollo mayor posible de las categorías. Además, estas dos reglas desvían la atención del investigador de los conjuntos más importantes de diferencias y similitudes fundamentales, las que, en un análisis, se transforman en importantes condiciones de calificación bajo las cuales las propiedades y categorías varían. Estas diferencias se deben transformar en una parte esencial del análisis, pero las reglas de comparación suelen hacer que el analista no preste atención a las condiciones que modifican los descubrimientos al permitirle asumir constantes y a descalificar diferencias básicas, anulando de esta manera los esfuerzos antes del análisis.
Es importante advertir en términos teóricos hasta qué punto estas condiciones diversas modifican las propiedades de las categorías. Por ejemplo, se pueden desarrollar con mucha utilidad las propiedades del efecto de los contextos de conocimiento en la interacción entre una enfermera y un paciente terminal dentro de un hospital haciendo comparaciones con la misma situación en el hogar, en un geriátrico, en ambulancias y en la calle después de un accidente. Las similitudes y las diferencias en estas condiciones pueden ser utilizadas para explicar las propiedades de interacción similares y diferentes entre una enfermera y un paciente.
El punto principal que no se debe desdibujar es el propósito de la investigación, para que las reglas de la evidencia no obstruyan el descubrimiento de una teoría. Sin embargo, estos objetivos a menudo sí se desdibujan (algo que tratamos de corregir) y es común que un sociólogo comience su estudio aplicando estas reglas para seleccionar un conjunto depurado de grupos y así obtener evidencia precisa. Entonces, queda fascinado con el placer de generar teorías y compara todo lo que se puede comparar; pero luego toma conciencia de que el desarrollo de su teoría se ve seriamente limitado por una falta de datos teóricamente relevantes, debido a que utilizó un conjunto preplanificado de grupos para la recolección de su información (véase el Capítulo IV). Al otorgar la libertad de comparación de grupos, el criterio de relevancia teórica utilizado para cada comparación en la generación sistemática de teorías controla la recopilación de datos sin detenerla. El control por medio de este criterio nos asegura que se va a recopilar una gran cantidad de datos y que dicha recopilación tiene sentido (de otra manera la recopilación sería una pérdida de tiempo). Sin embargo, el ejercicio del control teórico sobre la elección de grupos de comparación es mucho más dificultoso que la simple recopilación de datos a partir de un conjunto preplanificado de grupos, ya que la elección requiere continuos análisis, investigaciones y reflexiones.
El sociólogo también debe ser bastante claro con respecto a los tipos básicos de grupos que desea comparar para controlar qué efecto tienen sobre la generalidad del campo de aplicación de la población y del nivel conceptual de su teoría. Las comparaciones más sencillas se realizan entre los grupos diferentes que pertenecen, exactamente, al mismo tipo substantivo, por supuesto; por ejemplo, los departamentos federales de contabilidad. Estas comparaciones llevan a una teoría substantiva que se aplica a este único tipo de grupo. Por medio de la comparación de clases diferentes de grupos se logra una teoría substantiva algo más general; por ejemplo, clases distintas de departamentos federales dentro de una misma entidad federal. El campo de acción de esta teoría luego se ve incrementado por la comparación de tipos diferentes de grupos dentro de grupos más amplios (departamentos distintos en agencias diferentes). Al hacer estas últimas comparaciones para diferentes regiones de un país o, más aún, para diferentes países, incrementamos considerablemente la generalidad. Las elecciones continuas de grupos pueden incrementar cuidadosamente y controlar el campo de acción de una teoría substantiva. El sociólogo también puede encontrar conveniente pensar en términos de subgrupos incluidos en grupos más grandes, y de grupos internos y externos, mientras amplía el radio de acción de sus comparaciones e intenta no perder de vista los varios niveles de generalidad del campo de acción de su teoría substantiva.
El sociólogo que desarrolla una teoría substantiva o formal también puede crear grupos útiles, siempre y cuando tenga en cuenta que éstos son un artefacto del diseño de su investigación, y que de esta manera no comiencen a adoptar en el análisis propiedades que posee un grupo natural. Los investigadores de estudio son adeptos a la creación de grupos y a fundamentar su relevancia según las estadísticas (como por medio del análisis de factores, realización de escalas, o variables de criterio) para asegurarse que, en realidad, son grupos que realizan diferencias significativas aunque hayan sido creados; por ejemplo, profesores con una "comprensión" baja, media o alta; o de clase baja, media o alta; o cosmopolitas o locales (8). Sin embargo, sólo unos pocos investigadores de estudios utilizaron su habilidad para crear subgrupos múltiples de comparación para descubrir teorías. Éste va a ser un esfuerzo que valdrá la pena (véase el Capítulo VIII sobre datos cuantitativos). La táctica de la creación de grupos se aplica igualmente para los sociólogos que trabajan con datos cualitativos. Por ejemplo, cuando sólo se utilizan entrevistas, seguramente el investigador puede estudiar los grupos de comparación que se componen de personas entrevistadas elegidas según el marco analítico descubierto. Y los documentos históricos, u otro tipo de material bibliográfico, se prestan satisfactoriamente para el método comparado. Su utilización es quizás mucho más eficaz, puesto que el investigador se evitó muchos problemas y ahorró bastante tiempo en la búsqueda de grupos de comparación que ya están, después de todo, concentrados en la biblioteca (véase el Capítulo VII). Al igual que en el trabajo de campo, el investigador que utiliza material bibliográfico puede siempre elegir grupos de comparación adicionales una vez que su marco analítico esté bien desarrollado, para que le otorgue una confianza adicional en su credibilidad. También sabrá – al igual que el investigador de campo que a veces encuentra por casualidad grupos de comparación y que luego hace uso correcto de ellos – en ocasiones aprovechar los accidentes que le pueden ocurrir mientras examina los estantes de las bibliotecas. Y, al igual que el investigador que cuidadosamente selecciona los grupos naturales, el sociólogo que crea grupos debe realizar tal tarea con sumo cuidado según las escalas de generalidad que desea alcanzar.
Mientras el sociólogo cambia el grado de generalidad conceptual que tiene por objetivo, del descubrimiento de una teoría substantiva al de una teoría formal, debe tener en cuenta la clase de grupos que elige. Para una teoría substantiva, al igual que para la misma clase substantiva, puede elegir grupos sin que importe demasiado dónde los encontró. De esta manera, puede comparar la "guardia de emergencias" con todas las clases de guardias médicas en todos los tipos de hospitales, tanto en los EEUU o en el extranjero. Pero también puede considerar las guardias de emergencias como una subclase perteneciente a una clase más amplia de organizaciones, todas diseñadas para proporcionar asistencia inmediata en el caso de accidentes o colapsos. Por ejemplo, los problemas con el fuego, el crimen, los automóviles y hasta con las cañerías han dado lugar a organizaciones de emergencias que están las 24 horas alerta. Al adoptar este enfoque para escoger grupos comparados substantivos diferentes, el analista debe ser claro con respecto a su propósito. Puede utilizar grupos pertenecientes a una clase más general para esclarecer su teoría substantiva sobre, digamos, las guardias de emergencias. Puede comenzar a generar una teoría formal sobre las organizaciones de emergencias. O puede también llegar a querer desarrollar una combinación de ambas: por ejemplo, publicar su teoría sobre las guardias de emergencias en un contexto perteneciente a categorías formales sobre las organizaciones de emergencias (9). Por otra parte, cuando el propósito del sociólogo es descubrir una teoría formal, va en definitiva a elegir grupos substantivos diferentes a partir de clases más amplias, mientras aumenta el campo de acción de su teoría. También se encontrará comparando grupos en el nivel sustantivo que parecen no tener características comparables, pero que en el nivel formal lo son conceptualmente. Que no se puedan comparar en el nivel sustantivo implica un nivel más fuerte de diferencias aparentes que su propiedad de ser diferentes. Por ejemplo, mientras que los departamentos de bomberos y las guardias de emergencias son substancialmente diferentes, es todavía aparente su capacidad conceptual para ser comparados. Debido a que la base de comparación de grupos que carecen la capacidad de ser comparados substancialmente no es tan aparente, debe ser explicada en un nivel conceptual más elevado.
De esta manera, uno puede comenzar a desarrollar una teoría formal sobre el aislamiento social por medio de la comparación de cuatro tratados que no guardan en apariencia relación alguna: Blue Collar Marriage ("Matrimonio de clase obrera"), The Taxi-Dance Hall ("El cabaret"), The Ghetto ("El ghetto"), y The Hobo ("El vagabundo") (Komarovsky, Cressey, Wirth, Anderson) (10). Según sus autores, todos tratan sobre las facetas del "aislamiento social". Por nombrar otro ejemplo, Goffman comparó grupos que aparentemente no se podrían comparar cuando generaba su teoría formal sobre el estigma. De esta manera, quienquiera que desee descubrir una teoría formal debe tener presente la utilidad de las comparaciones realizadas entre las categorías conceptuales pertenecientes a los niveles superiores y las que a primera vista no son comparables y buscar activamente este tipo de comparación; realizarlo con flexibilidad y ser capaz de intercambiar la comparación aparentemente no comparable con las supuestamente comparables. La comparación de grupos no comparables puede ayudar en gran medida al investigador a que trascienda las descripciones substantivas de tiempo y espacio e intente lograr una teoría general formal (11).
¿Por qué seleccionar grupos?
Este interés en la clasificación de grupos para la comparación pone de relieve esta pregunta: ¿por qué la comparación de grupos que realiza el investigador hace que el contenido de los datos sea más relevante desde el punto de vista teórico que cuando simplemente clasifica y compara datos?. A la que se responde de tres maneras. Como recién mencionamos, los grupos de comparación facilitan el control de las dos escalas de generalidad: en primer lugar, el nivel conceptual y en segundo, el radio de aplicación sobre la población. Y en tercer lugar, los grupos de comparación también nos proporcionan un aumento y una reducción simultáneas de las diferencias y las similitudes de los datos que se relacionan con las categorías que se estudian. Este control que se aplica sobre las similitudes y diferencias es vital para el descubrimiento de categorías y para desarrollar y relacionar sus propiedades teóricas, que son todas necesarias para un desarrollo más profundo de la teoría que se descubre. El sociólogo puede controlar la relevancia teórica de la recopilación de datos al maximizar o minimizar las diferencias entre los grupos comparados. La comparación entre la mayor cantidad posible de semejanzas y diferencias en los datos (como se mencionó en el Capítulo II) suele exigir que el analista genere teorías, sus propiedades y sus interrelaciones al mismo tiempo que trata de comprender sus datos (véase el Capítulo V).
1 Comments:
Excelente el trato dado, me interesa saber si estos comentarios podria relacionarlo con lo planteado por niklas luhmann sobre la comunicación y el lenguaje efectivo, como eje de la sociedad, el plantea que sin comunicación-lenguaje no se da esta sociedad, todo ello en su pretensión de crear una teoría de sistemas. mi correo es : luis.torres645@gmail.com, luis.torres645yahoo.es, o torresluis45@hotmail.com
10:48 a. m.
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